Los últimos temporales la pusieron a prueba y la instalación fue capaz de tratar todo el agua que recibió
La estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de O Barco superó ampliamente la prueba a la que la sometieron los últimos temporales. Los nuevos sistemas fueron capaces de tratar todo el agua que llegó a ellos, según explicó ayer el alcalde, Alfredo García Rodríguez. Este logro no impidió al regidor anunciar que requerirá a la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil, que preside Francisco Marín, para que los trabajos sean rematados de una vez por todas.
Hace un año, los técnicos de este organismo anunciaban que los trabajos de mejora estarían ultimados en septiembre de 2015. Sin embargo, casi cinco meses después, aún faltan los últimos detalles, tal y como indicó ayer el regidor.
La EDAR barquense funciona a pleno rendimiento. Sin embargo, trabaja de forma manual y no automática, como consta en el proyecto. "Se requerirá a la Confederación Hidrográfica para que la ponga en automático. Todo funciona, pero falta el ajuste final", dijo Alfredo García.
La ampliación de las instalaciones supuso una inversión de 1,5 millones, aportando el 80 % la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil, que depende del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), financiación que procede de los Fondos de Desarrollo Regional (Feder). El 20 % restante lo aportaron las arcas municipales.
La ampliación adaptó los sistemas de la depuradora para evitar las cargas contaminantes vertidas en el río Sil y aumentar su capacidad, capaz para atender a una población de 20.000 habitantes.
A la espera de que los técnicos adapten los equipos para un funcionamiento automática, la depuradora ya funciona al 100 %, como demostró el hecho de haber podido asumir el agua de los temporales del invierno. "Toda el agua que entraba a la depuradora era tratada", dijo el alcalde.
