El Concello pretende eliminar el peligro que entrañan las construcciones que amenazan con caer
El Concello de O Barco pretende eliminar de una vez por todas el problema de las construcciones ruinosas. En lo que va de año, resolvió dos expedientes de demolición por ejecución subsidiaria de sendas casas en ruinas. Fueron cerrados con el derribo de casas en los pueblos de Éntoma y O Castro. El anuncio lo hizo el alcalde, Alfredo García Rodríguez. Explicó que el Concello asume el derribo de las construcciones y pasará una factura con el coste a los propietarios.
Estos casos podrían no ser los únicos. Los técnicos del Concello manejan, al menos un par de expedientes que podrían derivar en sendos derribos. Uno de ellos está localizado en la aldea de Millarouso, estando ubicada la segunda construcción en O Castro. En ambos casos, los técnicos municipales agilizan el papeleo para resolver de una vez por todas el expediente. Para evitar la intervención de la Administración, los dueños deberán tomar una determinación: restaurar las casas, eliminando el peligro que suponen para los vecinos, o bien demolerlas. Si no lo hacen en breve plazo, entonces será cuando intervengan las brigadas barquenses.
La campaña de resolución de construcciones ruinosas se intensificó en los últimos meses, pero no es nueva. Comenzó con la incorporación de un aparejador al Concello. Su llegada permitió iniciar la campaña de eliminación de las construcciones ruinosas, que si bien proliferan en los núcleos del rural, también pueden encontrarse en la villa barquense.
El Concello no toma la decisión de demoler de un día para otro. Salvo en aquellos casos en los que la ruina sea inminente, transcurren meses antes de que decida acometer por su cuenta el derribo. Es más, los dueños son sancionados económicamente varias veces antes de que en la Casa Consistorial determinen que no están dispuestos a acatar la orden.
