VALDEORRAS

O Barco protege las luces de la pasarela con chapas metálicas

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photo_camera En los huecos de las luminarias arrojadas al Sil fueron colocados alambres y cintas de la Policía Local.

Las continuas roturas de luminarias llevaron al Concello a diseñar este sistema contra los vándalos

Los daños causados repetidas veces en las luminarias que alumbran la pasarela peatonal sobre el río Sil, que comunica el casco antiguo de O Barco y el núcleo de Viloira, obligaron al Concello a buscar una solución definitiva. Esta podría estar en la elaboración de una chapa metálica agujereada, confeccionada de tal manera que permita salir luz suficiente por los agujeros y, al mismo tiempo, proteja las luminarias de los vándalos.

La chapa metálica ya fue encargada por el Concello a una empresa, según anunció ayer el alcalde, Alfredo García Rodríguez. El regidor explicó que, en un principio, será colocada únicamente a un lado de la pasarela. Añadió que, en la actualidad, solo alumbra una fila de los 46 puntos de luz.

Los técnicos municipales confían en que la luz de un lado de la pasarela sea suficiente. Si es así, las luminarias de la banda opuesta serían retiradas y sustituidas por barrotes para evitar posibles accidentes. En caso de que la luz no baste para iluminar el paso, el Concello encargará una chapa similar para proteger las luces de la baranda opuesta. "Ya se encargó a una empresa y estará lista en un par de semanas", dijo Alfredo García.

Los problemas de las luminarias que iluminan la pasarela de Viloira se suceden desde su misma instalación, en 2010. Las roturas y daños ocasionados por los vándalos se suceden desde el momento de la instalación. Ayer, tres de los puntos de luz habían sido arrancados y arrojados al río Sil. Su lugar fue ocupado por los alambres y cintas de la Policía Local, colocados para evitar posibles accidentes.

Colocadas entre las barras de la baranda metálica, sobre el piso de la pasarela, una simple patada es suficiente para inutilizar el punto de luz. La propia instalación eléctrica, en su día presupuestada en 20.000 euros, fue un quebradero de cabeza para los técnicos por las descargas que generaba.

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