El Bloque Nacionalista Galego de Valdeorras presentó ayer en O Barco las enmiendas sobre la comarca que formularon a los proyectos de presupuestos, tanto de la Xunta como del Gobierno central para el año que viene. La diputada en el Parlamento de Galicia por el BNG, María Albert, cree que “tanto uns como os outros esquecen esta comarca”.
Los nacionalistas estructuran las enmiendas alrededor de tres ejes principales, tal y como explicó Albert. Por un lado, los servicios públicos; por otro, las infraestructuras y comunicaciones; y por último, el desarrollo económico.
En cuanto a los servicios públicos, sus reivindicaciones se centran en educación y sanidad. En el primer apartado, por el cierre de aulas en la comarca; y en el segundo de manera especial, porque la sanidad pública, dice Albert, “está costa abaixo e sen frenos” desde que el distrito sanitario de O Barco perdió la categoría de área sanitaria. “O hospital está nunha situación impresentable”, denunció con dureza. También que el nuevo centro de salud de A Rúa “continúa sen estar orzamentado”.
Respecto a las infraestructuras, subrayan las inversiones en la A-76. “Son irrisorias, por non dicir absolutamente inexistentes”, criticó la parlamentaria. “Nós entendemos que é unha infraestrutura necesaria e fundamental, básica para o desenvolvemento económico desta zona”, detalló. En ausencia de un desembolso importante para la autovía, solicitan que se destine más dinero a la N-120 con el fin de, entre otros, solucionar el mal estado del firme, el problema del nuevo acceso a A Rúa o los accidentes con fauna salvaje.
Sobre la inversión de millón y medio de euros que la Xunta recoge para la carretera OU-533 que comunica A Rúa con A Gudiña, Albert se mostró escéptica calificándola de “trampa”. Explica que en la partida también se incluye un vial de Celanova, la OU-540. “Temos bastantes reservas con ese investimento porque tememos que acabe en Celanova”, dijo.
En el ámbito del desarrollo económico, señalaron la necesidad de invertir más en los parques industriales de la zona, así como en el saneamiento de los ríos. Cauces como el Sil o el Casoio, afectados por los vertidos de la pizarra, “necesitan saneamento integral”, opina Albert, algo que reclama a Xunta y Estado.
