TURISMO

O Bolo quiere rentabilizar el tirón turístico de As Ermidas

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photo_camera Un grupo de visitantes, en el atrio del Santuaro de As Ermidas

La falta de negocios y establecimientos hosteleros resta una oportunidad de ingresos para la localidad 

El Año Jubilar de la Misericordia, que decretó el papa Francisco, finalizó el pasado domingo. Desde que el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, abrió la Puerta del Perdón del santuario de As Ermidas (O Bolo) el 27 de diciembre de 2015, fueron más de 10.000 los visitantes que se desplazaron hasta el templo. Sin embargo, su llegada no supuso ingreso alguno para su medio centenar de habitantes. La inexistencia de establecimientos comerciales y de hostelería obligaron a buena parte de los visitantes a desplazarse hasta otros concellos para comer, o simplemente tomar un café y reponerse del viaje.

El único establecimiento hostelero abierto en As Ermidas lleva muchos cerrado y, actualmente, solo generan algún ingreso aquellos viajes que aprovechan el desplazamiento para conocer el castillo medieval de la localidad de O Bolo. Ubicado a media docena de kilómetros de As Ermidas, es una visita que no realizan todos los viajeros que quieren conocer el santuario, lugar que reúne un mayor atractivo para los turistas.

El alcalde bolés, Manuel Corzo Macías, es conocer de esta carencia. "O teño comentado no Concello, mais tería que ser unha iniciativa privada. O Concello está interesado e a apoiaría en todo o que poidese", comentó el regidor. Aseguró haber mantenido contactos con algunos posibles interesados, sin que ninguno de ellos se decidiese a abrir un establecimiento hostelero en el pueblo.

El presidente de la Cofradía da Virxe das Ermidas y concejal del equipo de gobierno de O Bolo, José Vega Martínez, confirmó que el número de visitantes durante el Año Jubilar de la Misericordia superó ampliamente las 10.000 personas. Explicó que, aunque el registro abierto el 15 de junio tiene 7.500 inscritos, él mismo mostró el templo a numerosos grupos que no aparecen el libro. Muchos de estos visitantes le preguntaron por un lugar donde comer o, simplemente tomar un café, que no pueden encontrar en As Ermidas.

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