La aldea vilamartinesa de Cernego es patria de emigrantes. Familias de nacidos en este pueblo se fueron al País Vasco, donde residen. Hacia allí marchó Manuela Táboas Cao, que en la actualidad tiene su domicilio en Salamanca, desde donde vuelve a "casa" siempre que tiene ocasión.
Muchos naturales de Cernego emigraron al País Vasco, ¿qué motivos le llevaron a asentarse en Salamanca?
Primero me fui a San Sebastián, donde conocí a mi marido y me casé. Después, nos vinimos a Salamanca. En San Sebastián estuve ocho años. Luego, mi marido ascendió y nos marchamos a Bilbao, donde pasamos otros siete años. Cuando se jubiló nos vinimos a Salamanca. Ahora estamos haciendo la vida allí.
¿En que trabaja su marido?
Es funcionario y tenemos una hija, con dos nietos, a la que le gusta mucho esto. Si por ella fuera, vendría a vivir aquí. Nos gusta mucho venir a Cernego, que es donde nacimos.
¿Por qué se marchó?
Aquí no había futuro. No había gente joven, y tuvimos que emigrar. Esa fue nuestra vida.
¿A qué dedica el tiempo cuando vuelve?
Nos dedicamos, sobre todo, a pasear y pasarlo lo mejor que podemos. También organizamos meriendas. Tenemos una asociación y lo pasamos muy bien. Nos gusta mucho venir.
¿Es cierto que Cernego apenas tiene vecinos y, en verano, se repuebla con los emigrantes?
Es de los pueblos a los que viene más gente. Nosotros venimos en Semana Santa y también por Todos los Santos. Este año, vinimos igualmente en Noche Vieja y lo pasamos fenomenal.
¿Hay diferencia entre vivir en Salamanca y en Cernego?
En Salamanca, ahora mismo, hace mucho más calor que aquí. La ciudad es muy bonita y ahora hay mucho estudiante extranjero. Nosotros aprovechamos para venirnos y dejarles sitio.
Entonces, ¿por qué no volvió a su aldea?
Mi marido es de Salamanca. Fue esa la razón de ir allí. Para que estudiase nuestra hija también hay más medios allí.n
