Trabajadores de la empresa Iberdrola comenzaron en la tarde de ayer los trabajos de retirada de la compuerta desprendida el pasado 22 de febrero de la presa de Santiago, en Valencia do Sil (Vilamartín de Valdeorras), y posteriormermente arrastrada por las aguas del Sil más de dos kilómetros, colocando la empresa en su lugar una ataguía para evitar que siguiera vertiendo. Los trabajos están siendo realizados mediante una retro que fue dotada con una cizalla, aparato con el que proceden a romper el metal de la pieza.
Asimismo, la empresa colocó una barrera anticontaminación en este tramo del río, con miras a evitar posibles arrastres de lodos u otras sustancias que pudiesen generarse durante la retirada de la compuerta. Iberdrola también aisló con una malla un tramo de la orilla para facilitar los movimientos de los trabajadores
Todas estas labores están siendo seguidas por agentes ambientales desplazados por la Xunta hasta la zona, así como por personal de la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil. No son los únicos, también son muchos los rueses desplazados hasta el lugar al objeto de seguir las evoluciones de los operarios.
Mientras se desarrollan los trabajos de retirada de la compuerta de la presa, los alcaldes de Vilamartín y A Rúa siguen a la espera de recibir el informe de Iberdrola explicando las causas del suceso que provocó el vaciado del embalse, si bien en un primer momento, la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil lo atribuyó a que el eje de la compuerta se desencajó de su lugar. En todo caso, la eléctrica comunicó a los concellos de O Barco y Vilamartín que procederá a revisar el estado en que se encuentran las infraestructuras restantes.
El embalse está considerado dentro de la categoría C, y su capacidad es de 1,14 hectómetros cúbicos, lo que indica que se trata de una presa de tamaño reducido, que forma parte de un sistema de presas continuas desde la entrada del Sil hasta su desembocadura. El agua desembalsada fue absorbida por el embalse de San Martiño, elevando su nivel 50 centímetros.
