La pérdida de puestos de trabajo en el sector de la pizarra gallega no variará excesivamente de los 800 empleos desaparecidos desde que en 2007 comenzó la crisis económica. Al menos, ésta es la previsión que maneja el presidente de la Federación Nacional de la Pizarra (FNP), Víctor Cobo, según anunció ayer, antes de la asamblea anual.
'No creo que se pierdan muchos puestos de trabajo más de los 800 perdidos. Las empresas se adaptaron a cubrir los costes de fabricación y, si hay un descenso del número de empleados, no debería ser alto', dijo el presidente de la Federación Nacional. Este colectivo agrupa a unas 80 pizarreras, que dan trabajo a unas 3.500 personas. El 60 % de ellas, 2.500, pertenecen a las productoras de la Asociación Galega de Pizarristas, que también preside Víctor Cobo, y que tiene a más de medio centenar de canteras asociadas.
Las previsiones de ventas del presidente de la FNP no son tan optimistas como las del empleo. Calcula que, a final de año, las exportaciones de Francia, principal destino de la pizarra gallega, descenderán casi un 3 % respecto a 2010. A su vez, el mercado alemán, que en septiembre registraba una subida de un 13 %, repetirá en 2012 unas cifras similares al año actual.
La gran cantidad de pizarra que almacenan las canteras y sus distribuidores en el extranjero supone un serio contratiempo para un sector que no encuentra financiación en las entidades crediticias. A este problema se le añaden el encarecimiento de los suministros y la imposibilidad de incrementar el precio de la pizarra, que en algunos casos se vende más barata.
Las previsiones de ventas del presidente de la FNP no son tan optimistas como las del empleo. Calcula que, a final de año, las exportaciones de Francia, principal destino de la pizarra gallega, descenderán casi un 3 % respecto a 2010. A su vez, el mercado alemán, que en septiembre registraba una subida de un 13 %, repetirá en 2012 unas cifras similares al año actual.
La gran cantidad de pizarra que almacenan las canteras y sus distribuidores en el extranjero supone un serio contratiempo para un sector que no encuentra financiación en las entidades crediticias. A este problema se le añaden el encarecimiento de los suministros y la imposibilidad de incrementar el precio de la pizarra, que en algunos casos se vende más barata.
