El público barquense fue el primero en aplaudir la última creación de la compañía valdeorresa de teatro aficionado Gargallada Teatro: “Crónica dun pobo”, basada en textos del actor, humorista y dibujante Miguel Gila Cuesta “Gila” (Madrid, 1919-Barcelona, 2001). Esta comedia es la número 16 que lleva a los escenarios un grupo de amantes de la interpretación salido del taller de teatro que en 2009 organizó el Concello de O Barco y coordinó Pilar Alonso.
Todas sus obras son comedias pues, según apuntó el director de “Crónica dun pobo”, Manuel Caramés, “é onde nos movemos”. Hay que matizar que, en esta ocasión, el matiz humorístico va acompañado de tintes dramáticos pues aborda un asunto muy serio: la guerra. “É unha reflexión sobre as consecuencias da guerra, que as sufre o pobo, o menos responsable dela”, explicó.
El espectáculo tuvo sus orígenes en la obra acerca de la historia de Valdeorras, basada en un texto de Gustavo Docampo y que miembros de varios grupos de aficionados al teatro de la comarca -O Barco, Arcos, Vilamartín o A Rúa- representaron en el entorno de la torre medieval de O Castro. La experiencia no pudo ser más satisfactoria y todos pidieron repetir.
“Eu tiña aparcado este texto de Gila. Son dúas pezas cortas que nunca se chegaron a estrear e as versionei con ese grupo de xente. Foi unha experiencia moi gratificante porque son persoas coas que trabállase moi ben pola súa implicación e compañerismo”, comentó Manuel Caramés.
Este buen ambiente está detrás de la representación llevada el viernes y el sábado al escenario del Teatro Lauro Olmo por un reparto de 13 actores. El “cariño” con el que es recibida Gargallada Teatro en la villa tiene mucho que ver con llevar al auditorio sus espectáculos durante dos días, pues la compañía pretende con ello que nadie que muestre interés se quede sin ver sus obras.
El argumento de “Crónica dun pobo” consta de dos partes. La primera protagonizada por dos soldados, un marinero y un herrero, que luchan en bandos distintos y son amigos y enemigos al mismo tiempo. En este tramo inicial de la representación también participan otros actores representando personas comunes afectadas por el conflicto. A continuación, el protagonismo pasa a la dictadura. Aquí, un dictador y su séquito dan pie a una “farsa grotesca, con un humor infantil y mordaz”, explicó el director.
O Barco fue el punto de partida de un espectáculo que el 14 de septiembre viajará hasta O Carballiño.
