La fuerte tormenta que el día 14 descargó sobre la comarca de Valdeorras provocó ciertos daños en los viñedos de Rubiá. Las nubes descargaron torrentes de agua, inundando no pocos sótanos de la barquense avenida del Bierzo, pero en zonas muy localizadas llegó acompañada de granizo. Esta situación fue la que se dio en algunas viñas que la bodega Cepado trabajó en la zona próxima a la cantera de áridos. Desde esta embotelladora, Manuel Fernández dijo que “a pedra viña mezclada con auga”, una circunstancia que aminoró las pérdidas.
El bodeguero de Rubiá explicó que el granizo rompió brotes en las cepas. “Foi pouca cousa”, dijo. Seguidamente, insistió en que la piedra cayó en puntos muy concretos, y si en una zona apenas descargó, a medio centenar de metros caía gran cantidad.
El presidente del Consello Regulador de Valdeorras, José Luis García Pando, coincidió en explicar que el granizo cayó en puntos “moi localizados”, apuntando a la zona que está por encima de la localidad de Rubiá.
Con los ojos puestos en el cielo, ante la posibilidad de que el granizo vuelva a causar daños, los viticultores valdeorreses no descuidan los tratamientos preventivos del mildiu y es que, como dice García Pando, “cando ves o mildeu, xa está encima”.
