La convocatoria por internet de una concentración con huevos y harina ante un colegio de O Barco tuvo en vilo a su profesorado. Al final, no se repitieron los incidentes ocurridos en el Instituto Martaguisela, que fue atacado por un grupo de jóvenes.
El poder de convocatoria de internet permitió organizar una concentración de jóvenes ante el colegio Divina Pastora, en O Barco. El llamamiento exigía acudir con harina y huevos, los productos que grupos de adolescentes se arrojan durante el Entroido. Pero el profesorado detectó el mensaje y extremó las precauciones durante la tarde del viernes, lo que le permitió localizar a unos ocho jóvenes, cargados con los artículos requeridos. Sin embargo, se marcharon sin lanzarlos.
La convocatoria salió a la luz a raíz de la denuncia que formuló ante la Guardia Civil el director del Instituto Martaguisela, Antonio Liébana. Afirmó que un grupo de jóvenes atacó el centro lanzando huevos y harina y vertiendo amenazas e insultos. Unos cien alumnos y 25 profesores tuvieron que salir protegidos por los agentes. Liébana culpa al Concello de los hechos, pues no acudió la Policía Local, que dijo carecer de efectivos.
El concejal de Cultura y profesor del Martaguisela, Eduardo Ojea, consideró que la intervención de la Policía Local sería contraproducente y repartió la responsabilidad entre padres y alumnos. Los niños llegan a casa llenos de huevos y harina, dijo.
La convocatoria salió a la luz a raíz de la denuncia que formuló ante la Guardia Civil el director del Instituto Martaguisela, Antonio Liébana. Afirmó que un grupo de jóvenes atacó el centro lanzando huevos y harina y vertiendo amenazas e insultos. Unos cien alumnos y 25 profesores tuvieron que salir protegidos por los agentes. Liébana culpa al Concello de los hechos, pues no acudió la Policía Local, que dijo carecer de efectivos.
El concejal de Cultura y profesor del Martaguisela, Eduardo Ojea, consideró que la intervención de la Policía Local sería contraproducente y repartió la responsabilidad entre padres y alumnos. Los niños llegan a casa llenos de huevos y harina, dijo.
