“Bolecha”, una cerda de raza celta, fue sacrificada en el inicio de las 'III Xornadas gastronómicas'

Manzaneda recupera la matanza tradicional

El cocinero de 'O Pendón' José Álvarez.
Seis hombres acabaron ayer con su vida. Con sangre fría y sin contemplaciones, a este grupo no le importó que veinte testigos presenciaran los hechos y, casi sin pestañear, sacrificó a “Bolecha”, una cerda de raza celta. Sucedió en las inmediaciones del polideportivo municipal de Manzaneda, dentro del programa de las “III Xornadas gastronómicas e de recuperación do porco celta” que organizó la asociación “Lardeira”, entre cuyos objetivos está la conservación de la matanza tradicional.
La lluvia no salvó a “Bolecha”, la cerda que ayer sacrificó la asociación “Lardeira”, en Manzaneda. Seis de sus miembros se bastaron para mantener viva una tradición que está condenada a desaparecer en muchos lugares del rural gallego: la matanza.

El barrizal que la lluvia formó sobre el terreno obligó a variar los planes de los organizadores, aunque éstos siguieron adelante con su plan. La cerda de raza celta fue sacrificada ante una veintena de personas, que no se perdieron detalle de todos los trabajos. Eso sí, presenciaron el sacrificio desde una distancia prudencial, a unos 15 metros y desde la tranquilidad que da la escalera de acceso al polideportivo, un lugar inaccesible para el animal.

Los últimos detalles de la matanza fueron tramados en el interior del pabellón. Sobre su parqué, la cuadrilla tomó la “parva”. Esta comida ligera, regada con vino de la zona, les insufló el ánimo suficiente para enfrentarse al animal. Pocos minutos después, la cerda yacía desangrada sobre una tabla tras la labor de los matachines que realizaron su trabajo al ritmo de los sones, nada fúnebres, de la “Charanga Divina”. Al fin y al cabo, el animal nació para ser sacrificado.

El final de la matanza tradicional supuso el inicio de las “III Xornadas gastronómicas e de recuperación do porco celta”, que organizan la citada asociación “Lardeira” y el colectivo femenino “Algueirada”. Uno de sus promotores, Juan Hervella, destacó el potencial que tienen estos animales, cuya carne no es suficiente para abastecer la demanda. “Pouco a pouco vaise implantando”, afirmó.

Este vecino de Manzaneda también aludió a las cualidades de esta carne, que ayer fue utilizada en la preparación del tradicional cocido de los restaurantes “O Pendón” y “Nevada”.

José Álvarez es quien atiende la cocina de “O Pendón”. Mientras trabaja entre los fogones comenta que la carne del cerdo celta es “más sabrosa” que la de los ejemplares comunes. Este cocinero explica que los animales de la citada raza celta son sacrificados a los 16 meses, casi un año más tarde que los otros, que se matan con cinco meses.
Esta diferencia temporal permite que la carne del cerdo celta esté “máis feita”, según apuntó José Álvarez. Añadió que la matanza que se realiza en Manzaneda “é como se facía antes”.

Las “Xornadas” se reanudan hoy, a las 10.00 horas, con un concurso de cocina. Por la mañana también habrá talleres de cerámica y herrería. Uno de los “platos fuertes” del programa es el sorteo de un cerdo celta, que se realizará después de comer. La organización destina el 20% de los ingresos a Haití.


La “II Mostra de artesanía” fue inaugurada por el gerente del Instituto de Desarrollo Ourensano (Inorde), José Manuel Rodríguez, el alcalde, David Rodríguez y Juan Hervella, de “Lardeira”.

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