El empresario y su esposa fueron atacados por un vecino de O Barco condenado por violación de niñas

Un pelo en el pasamontañas aclara el asalto a un pizarrista

Saturnino Torres Soto, en junio del pasado año, cuando fue juzgado por abusos a menores. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Unas pruebas de ADN permitieron al equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Rúa confirmar la identidad del agresor de un empresario de O Barco y su esposa en junio de 2010.
El pelo hallado en el pasamontañas que empleó el asaltante identificó a Saturnino Torres Soto (54 años), vecino de Nogueira de Ramuín, con domicilio en O Barco de Valdeorras, y que se encuentra actualmente cumpliendo una condena de 15 años de prisión en el centro penitenciario de Pereiro por delitos de agresión sexual y abusos a tres menores -apenas llegaban a los 10 años- en un periodo de tiempo anterior a 2009. Fue precisamente este delito, por el que la Guardia Civil tenía en sus bases de datos su ADN.

El sospechoso había trabajado varios años como palista en la empresa Ipisa, propiedad de las víctimas, y tenía pendiente el cobro de varias mensualidades, motivo por el que presuntamente cometió el citado hecho delictivo, según valoró la Guardia Civil con motivo de la investigación practicada.

Los hechos ocurrieron el 30 de junio de 2010 cuando Siro Vega Rodríguez (73 años) y su mujer, Concepción Álvarez Fernández, se disponían a salir con su todoterreno del garaje de su vivienda, en el número cinco de la calle España, en pleno centro de O Barco. En ese momento, fueron asaltados por una persona con la cara cubierta con un pasamontañas (apareció después arrojado cerca del lugar, junto a la estación del tren) y provisto de un cuchillo.

El agresor logró subir al vehículo pero tras un forcejeo con las víctimas, éstas consiguieron que se fuera huyendo a pie , causándole lesiones leves (varios cortes en las manos y en el rostro) de las que fueron atendidos en el centro de salud.


VIOLACIÓN DE DOS NIÑAS

El ahora imputado por un delito de lesiones reconoció en junio del pasado año haber consumado en varias ocasiones el acto sexual con dos niñas, a las que engatusaba con regalos para que fueran a su casa, a la finca o a la bodega. Y en otra ocasión no concretada, antes del 2009, Torres invitó a otra menor a ir a su vivienda y le realizó tocamientos en el pubis . Estos hechos causaron varios trastornos a las víctimas.

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