Se llaman Alejandro y Estefanía y tienen 12 y 10 años, respectivamente. Ellos fueron los primeros valdeorreses que realizaron una pisada de uvas para ofrecer el mosto obtenido al Nazareno y a santa Rita, con el deseo de que sea buena la cosecha. El acto se desarrolló, momentos antes de comenzar la misa dominical de ayer, coincidiendo con la celebración de las Festas do Cristo 2022 en la villa barquense.
La pisada fue rápida. Apenas duró unos minutos. La pareja de niños, ataviada con ropajes de otros tiempos, se descalzó y se subió al pequeño recipiente de madera colocado ante la iglesia de Santa Rita, en cuyo interior habían sido depositados los racimos de uvas tintas que cedió la bodega cooperativa Jesús Nazareno “Vinos Barco”.
Siguiendo las instrucciones del párroco, Jesús Álvarez, y animados por las personas que no quisieron perderse el acontecimiento, pronto extrajeron el mosto necesario para la ofrenda. Este fue recogido de una espita entre los aplausos de los fieles y llevado posteriormente al interior del templo, donde continuó la ceremonia.
Alejandro y Estefanía fueron los primeros, pero no serán los últimos, pues la parroquia tiene la intención de repetir la misma ceremonia todos los años, e incluso ampliarla incorporando otros alicientes, como concursos de pisada, de uvas o de racimos. “Pretendemos que sea la gran fiesta del primer mosto del año”, explicó el sacerdote de O Barco.
La pisada de uvas es novedad en la comarca, pero este rito se repite año tras año en otros lugares de tradición vitivinícola, en tiempo de vendimia, como sucede estos días en la comarca valdeorresa. Entre ellos está la vecina comarca del Bierzo. Aquí, el pasado 21 de agosto y en el monasterio de Carracedo, los viticultores ofrecieron el primer mosto a su patrona, Santa María la Real.
