Un mes después de recibir el galardón de 'Barquense del Año', con el cual el Casino de O Barco premió su labor en 2010, los problemas económicos podrían llevar al cierre a la Asociación de Familiares de Discapacitados Psíquicos de Valdeorras (Asfaval). Las dificultades del colectivo se traducen en deudas de proveedores que se arrastran desde 2009 o en el retraso en los pagos a los seis trabajadores, cuyo último ingreso fue la mitad de la mensualidad de febrero.
Esta situación fue advertida ayer por la presidenta, María José Conde Moral, quien citó a la junta directiva para analizar el problema antes de convocar a la asamblea de socios.
El vencimiento de un préstamo que firmaron tres directivos, y cuya cuantía prefiere no desvelar la presidenta, está detrás de estos problemas económicos. La imposibilidad de reintegrarlo llevó a la dirección a manejar la posibilidad de solicitar una hipoteca, una opción que encuentra serias reticencias entre los asociados, a pesar de que la asamblea respaldó la gestión de la directiva hace dos semanas, el pasado 12 de marzo.
Ante esta situación, los dos peligros que se ciernen sobre Asfaval si no resuelve el problema económico son el cierre o la absorción por un colectivo con más recursos.
'Es una agonía lenta', comenta María José Conde. Sin embargo, la presidenta se niega a arrojar la toalla y aún confía en conseguir la ayuda de la Administración o de los empresarios de la comarca. Ayer, agradeció la 'comprensión' de los proveedores que arrastran cobros pendientes desde hace meses y subrayó su intención de 'llamar a la puerta de los distintos organismos'.
La posibilidad de que los problemas deterioren los servicios prestados a las 21 personas inscritas preocupa a María José Conde. Explicó que esta situación aún no se está dando, pero añadió que 'no se puede esperar más. Estamos intentando que a los inscritos no les falte ningún servicio. No queremos perjudicar a los profesionales ni a los atendidos'.
El vencimiento de un préstamo que firmaron tres directivos, y cuya cuantía prefiere no desvelar la presidenta, está detrás de estos problemas económicos. La imposibilidad de reintegrarlo llevó a la dirección a manejar la posibilidad de solicitar una hipoteca, una opción que encuentra serias reticencias entre los asociados, a pesar de que la asamblea respaldó la gestión de la directiva hace dos semanas, el pasado 12 de marzo.
Ante esta situación, los dos peligros que se ciernen sobre Asfaval si no resuelve el problema económico son el cierre o la absorción por un colectivo con más recursos.
'Es una agonía lenta', comenta María José Conde. Sin embargo, la presidenta se niega a arrojar la toalla y aún confía en conseguir la ayuda de la Administración o de los empresarios de la comarca. Ayer, agradeció la 'comprensión' de los proveedores que arrastran cobros pendientes desde hace meses y subrayó su intención de 'llamar a la puerta de los distintos organismos'.
La posibilidad de que los problemas deterioren los servicios prestados a las 21 personas inscritas preocupa a María José Conde. Explicó que esta situación aún no se está dando, pero añadió que 'no se puede esperar más. Estamos intentando que a los inscritos no les falte ningún servicio. No queremos perjudicar a los profesionales ni a los atendidos'.
