El precio se dispara al basarse en estimaciones por la falta de contadores de agua en los pueblos.
Las nuevas tarifas por la depuración de aguas residuales, un servicio que gestiona el Consorcio de Aguas de Valdeorras y cuya recaudación recayó en la Diputación, provocaron un aluvión de quejas en el rural valdeorrés. Los técnicos calculan los importes en función del consumo de agua y en aldeas como las de O Barco se realizan en base a estimaciones, según reconoció el alcalde socialista barquense, Alfredo García Rodríguez. El regidor explicó que la tarifa mínima es de 1,5 euros y corresponde a un consumo inferior a 18 metros cúbicos por trimestre. Pero el importe se dispara cuando no hay contador -ocurre a menudo en pueblos donde el agua procede de manantiales propiedad de los vecinos-, pues se aplica una estimación basada en 42 metros cúbicos y sale un recibo de 11,70 euros, que correspondería a una casa de tres habitantes. "El saneamiento hay que cobrarlo", advirtió el regidor, aunque ya inició gestiones con el organismo provincial para buscar una solución. La Diputación no facilitará hasta hoy una explicación al respecto.
García explicó que el problema no afecta a la villa, donde todos los edificios poseen contadores de agua, pero sí se produce en las aldeas. Se abastecen de manantiales propios y sus casas carecen de estos aparatos. Para corregir esta carencia, el Concello informará a los vecinos de la conveniencia de instalarlos aprovechando la campaña de reciclaje de basura.
Un caso particular es el de Éntoma (319 habitantes). Su pedáneo, José Urdangaray, explicó que el último recibo superó los 4.700 euros, cuando el del agua sumó 2.300. Aquí, cuando escasea el agua de los manantiales, el pueblo la toma de la traída de O Barco y la registra en un único contador, generando un solo recibo y no por casa, por lo que su importe se dispara al aplicar la tarifa de un gran consumidor.
