Los tratamientos experimentales para combatir el chancro del castaño, desarrollados en sotos -algunos en la comarca de Valdeorras- dieron resultados 'moi satisfactorios', según dijo la Dirección xeral de Montes, dependiente de la Consellería de Medio Rural. El citado organismo inició en 2003 una experiencia en la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, en colaboración con la Diputación de Pontevedra. Según fuentes del sector, la enfermedad del chancro afecta a más del 80 % de los castaños que crecen en la comarca.
La experiencia fue presentada ayer por el director xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto Juanas, y pretende controlar las consecuencias de la enfermedad en los castaños. Al mismo tiempo, busca la mejora y conservación del 'patrimonio natural dos soutos de Galicia', según fuentes de la Consellería de Medio Rural. El tratamiento está siendo realizado con cepas de chancro (Cryphnetria parasitica) hipovirulentas, de menor agresividad que las virulentas, y que permiten controlar los daños causados por estas últimas.
La primera fase de la experiencia estuvo dedicada a la búsqueda de las cepas hipovirulentas. Esta labor se desarrolló en el laboratorio, donde se encontró la técnica para producirlas, conservarlas e inocularlas.
Posteriormente, los investigadores procedieron a inocular de forma controlada las cepas menos agresivas de chancro en parcelas experimentales de castaños. Tres años de seguimiento permitieron determinar que la enfermedad podía ser controlada.
La experiencia finalizó con la aplicación de las cepas hipovirulentas en árboles de parcelas particulares. Los buenos resultados de la experiencia invitan a los investigadores de Areeiro a continuar su seguimiento del mismo tratamiento.
La primera fase de la experiencia estuvo dedicada a la búsqueda de las cepas hipovirulentas. Esta labor se desarrolló en el laboratorio, donde se encontró la técnica para producirlas, conservarlas e inocularlas.
Posteriormente, los investigadores procedieron a inocular de forma controlada las cepas menos agresivas de chancro en parcelas experimentales de castaños. Tres años de seguimiento permitieron determinar que la enfermedad podía ser controlada.
La experiencia finalizó con la aplicación de las cepas hipovirulentas en árboles de parcelas particulares. Los buenos resultados de la experiencia invitan a los investigadores de Areeiro a continuar su seguimiento del mismo tratamiento.
