La abundante vegetación que crece sobre la margen derecha del río Sil y en la desembocadura del arroyo Mariñán, en O Barco de Valdeorras, enfada a los barquenses. Los usuarios del tramo próximo a las pistas deportivas de la zona de recreo de la villa se quejan de la situación de abandono en que se encuentra esta orilla y de la falta de cuidados de la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil.
Las silvas y matorrales ya sobresalen de la barandilla metálica del Malecón, adentrándose en el paseo e impidiendo a los muchos paseantes apoyarse en la baranda y creciendo su preocupación ante la posibilidad de que la vegetación permita ocultarse a reptiles y otros animales. A su vez, los árboles y plantas que crecen en el tramo final del Mariñán hacen temer futuros problemas, con las próximas crecidas. Sucede lo mismo con los materiales procedentes de los arrastres de las riadas, los cuales llevan muchos meses acumulados en diferentes puntos del río sin que el organismo responsable de la cuenca proceda a realizar su retirada.
