El embalse de Santoalla, en el río Xares, carece de rampas de acceso, dificultando el uso de lanchas de emergencias, tanto que Protección Civil descarta utilizar la zódiac en sus aguas.
Los vecinos de los pueblos próximos al embalse de Santoalla (Petín) critican el difícil acceso al cauce del río Xares, pues complica el uso de las embarcaciones de los servicios de emergencia. Tanto es así que los voluntarios petineses de Protección Civil descartaron utilizar la zódiac en sus aguas, según apuntaron fuentes municipales.
La ausencia de rampas en las proximidades de la presa de Iberdrola obliga a descolgar la embarcación desde unos cuatro metros de altura. Para ello, los usuarios deben superar una barandilla que pretende evitar la caída de peatones al río.
Ante estas dificultades, los voluntarios tienen que recurrir a una lancha metálica que Iberdrola guarda en sus instalaciones, con el consiguiente retraso en la intervención. La última vez, la demora fue de tres horas.
Para facilitar una intervención en caso de emergencia, la empresa colgó un flotador de una pared. Sin embargo, lo colocó en un lugar de la presa que está cerrado con puertas metálicas acabadas en puntas de lanza, lo que impide su uso a cualquier persona que no posea las llaves.
El pueblo más cercano a la presa es San Fiz (A Veiga), cuyos vecinos deben rodear unos 15 kilómetros al no poder usar el paso de la presa.
La ausencia de rampas en las proximidades de la presa de Iberdrola obliga a descolgar la embarcación desde unos cuatro metros de altura. Para ello, los usuarios deben superar una barandilla que pretende evitar la caída de peatones al río.
Ante estas dificultades, los voluntarios tienen que recurrir a una lancha metálica que Iberdrola guarda en sus instalaciones, con el consiguiente retraso en la intervención. La última vez, la demora fue de tres horas.
Para facilitar una intervención en caso de emergencia, la empresa colgó un flotador de una pared. Sin embargo, lo colocó en un lugar de la presa que está cerrado con puertas metálicas acabadas en puntas de lanza, lo que impide su uso a cualquier persona que no posea las llaves.
El pueblo más cercano a la presa es San Fiz (A Veiga), cuyos vecinos deben rodear unos 15 kilómetros al no poder usar el paso de la presa.
