Sara Marianovich: "Quiero ayudar a los más jóvenes con mi experiencia vital"

“A veces veo a la juventud de hoy en día rendirse ante el más mínimo bache, y quiero decirles que siempre hay que seguir luchando”. Así explica la virtuosa de la música Sara Marianovich, pianista de origen serbio, afincada en O Barco, el objetivo principal de su segundo libro, que presentó este fin de semana con el apoyo de la Asociación Casino y el Instituto de Estudios Valdeorreses. En esta ocasión, se trata de una obra de carácter autobiográfico, que lleva por título “Envuelta en sonidos” y que desde ayer ya puede adquirirse también en una de las librerías de referencia en la villa. ¿Por qué un libro sobre tu vida? Porque yo viví muchas dificultades y logré superarlas. En la sinopsis del libro explico que no conozco ningún músico que haya tenido tantas dificultades como yo y de todo eso salí indemne, porque lo soporté sin ganas de vengarme, trabajando siempre y confiando en que la solución llegaría. ¿Y cuál es fue tu secreto para alcanzar el éxito? No buscaba recompensas, disfrutaba de hacer las cosas bien. Si no, nos angustiamos cuando nos marcamos objetivos muy altos y no realistas. El secreto del éxito no es luchar para ser el mejor, es luchar para dar tu mejor versión. Competir contigo mismo. No competir con los demás. De hecho, los concursos en la música me parecen absurdos, la música está hecha para compartir no para competir. Lo suyo con la música es desde muy pequeña, ¿cree que va en los genes? Mi familia cuenta que en la guardería ya silbaba… Pero lo cierto es que en mi familia no hay nadie dedicado a la música. Yo lo que creo es que seguramente alguno de mis antepasados no descubrió su talento por la música. Todos somos genios en algo, pero muchos no descubren los talentos con los que han nacido. Yo tuve mucha suerte porque a pesar de todo, mi familia siempre me apoyó. En el libro cuenta anécdotas sorprendentes con personalidades conocidas del panorama actual… Lo hago sin ningún afán de protagonismo, por eso lo hago ahora y no cuando sucedieron. Por primera vez tras más de veinte años cuento por ejemplo que en un evento de presentación de un audio libro, participó la actual reina de España Doña Letizia como narradora. Fue unos meses antes de que anunciase su compromiso con el actual Rey de España. Si buscase protagonismo, a lo mejor lo hubiera sacado a la luz y utilizado como reclamo para su venta hace años. ¿No hay un libro sin dos? La verdad es que han sido dos experiencias distintas. En el primero mezclé la letra y la música con la intención de que los niños descubran sus talentos desde pequeños, porque hay estudios que demuestran que a través de la música clásica, se influye en el desarrollo emocional y cognitivo del niño, y así puede descubrir qué es lo que le emociona e interesa. Porque no hay peor cosa que llegar a los 20 años y decir, y ahora ¿a qué dedico mi vida?. ¿Cree que hay falta de vocación en los jóvenes? Yo veo a muchas familias que por tradición quieren que los niños continúen el negocio familiar por ejemplo. Cuando han de elegir, no han encontrado su vocación y eligen algo que no les gusta y se sienten inútiles que es lo peor, y a lo mejor son genios para otras cosas. Me llama mucho la atención la portada… La portada no es casual, lo cuento en el capítulo “Mi amor por España”. Con 17 años tuve mi primera gira por España, en 1988. Al terminar, quise comprar algo que me recordase a este bello país, y al pasar al lado de una papelería vi una goma de borrar con forma de España y con las ciudades por las que yo pasé dando conciertos. Pero también vi al lado un sacapuntas en forma de piano en el que había una niña sentada en el campo, con un tocadiscos y un pájaro amarillo. ¿Simbolizan algo importante para ti? Cuando yo tenía cuatro años, vivía en una casa con una parcela de 3.000 metros cuadrados y 80 tipos distintos de árboles, arbustos, flores… Además, yo siempre escuchaba música, desde que estaba en el vientre de mi madre, y tenía una mascota que era un canario. Además, en el piano ponía mi nombre. Me quedé en shock al verlo, porque era yo. Después se trasladaría a España… Tras aquella visita a España sentí un flechazo. Tres años más tarde me trasladé a España. A veces no nos damos cuenta de algunas señales hasta que pasan años.