Las setas regresaron con las tormentas de la primavera

Miembros de Os Cogordos cocinando las últimas setas recogidas.
photo_camera Miembros de Os Cogordos cocinando las últimas setas recogidas.
Las lluvias de junio favorecieron la aparición de ejemplares, en los lugares donde descargaron

Las tormentas de los últimos días de la primavera y comienzos del verano arreglaron la desastrosa campaña micológica de este año en aquellos lugares donde descargaron. Lo comentó desde la asociación ourensana Os Cogordos su presidente, José Luis Rico, quien apuntó que en sus últimas salidas al campo pudo recoger ejemplares de Boletus, Chantarellus, Rúsula y ciertos tipos de Amanita, si bien “no es el bum del otoño, pero sí estuvo mejor que el año pasado”, cuando la pandemia del covid-19 frenó las salidas al campo. Eso sí, en los puntos donde no llovió, regresó a casa con la cesta vacía. Mientras, en las inmediaciones de O Barco de Valdeorras, apenas pudieron recogerse algunos hongos.

José Luis Rico apuntó que los ejemplares que brotaron no están muy desarrollados y muchos de ellos están parasitados, todo ello debido a unas condiciones meteorológicas que no acompañaron, con una escasez de agua durante la práctica totalidad del invierno y casi toda la primavera.

Explicó que al descargar la tormenta, el micelio de los hongos se activa y también que son brotes muy breves, que duran muy poco tiempo. “A estas especies les gusta el calor”, dijo, para añadir seguidamente que su crecimiento también precisa de que se mantenga un cierto grado de humedad. “Donde cayó la tormenta y hubo humedad salieron bastantes especies, pero no por mucho tiempo”, subrayó.

El presidente de Os Cogordos situó en el entorno de Nogueira de Ramuín sus salidas al monte y en esta zona encontró un buen número de setas, lo que no sucedió en otros lugares, como Coles, Castro de Beiro o Amoeiro, donde no recogió “ni las muestras”.

En las inmediaciones de O Barco de Valdeorras, el experto micólogo Juan Grande también recogió algunas setas. Pero no fueron muchas y su tamaño tampoco fue excesivamente grande. “Están todas muy secas, pues con la falta de lluvia, la seta, en vez de crecer va a menos. Encuentras muy poquitas”, explicó.

Los ejemplares brotaron de las últimas tormentas, pero aquí no llovió lo suficiente. “Tres o cuatro días más de lluvia y ahora tendríamos setas”, dijo este barquense, quien añadió que la sequedad de la tierra impide que estos hongos puedan desarrollarse. En todo caso, también apuntó que “si vuelve a llover, volverán a salir”.

José Luis Rico señaló que no hay dos primaveras iguales. “El cambio climático está ahí. Ahora es una lotería y para que haya setas deben darse unas condiciones mínimas”, dijo. No hace muchas fechas, Alejandro Mínguez, de la Asociación Cultural e Micolóxica de Celanova, sumaba otros dos factores al cambio climático: la despoblación, con la desaparición del ganado, y la acción humana, con los incendios y vertederos incontrolados.

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