Un taller revivió la memoria del Sil y O Barco del siglo XX

La monitora, Blanca Albán, explica el itinerario a los alumnos del colegio de Viloira.
photo_camera La monitora, Blanca Albán, explica el itinerario a los alumnos del colegio de Viloira.
Vecinas de Viloira y San Roque recuperaron artes de pesca y formas de vida desaparecidas

Un taller de memoria y estimulación cognitiva que se desarrolló en Viloira permitió recuperar la memoria del Sil, a su paso por O Barco. La iniciativa forma parte del programa “Fiando Memoria”, que desarrolla la cooperativa Outonía. Ayer, tres de sus protagonistas -Loli Piernas, Rosa Carracedo y María del Carmen Dobao-, dirigidas por la monitora Blanca Albán, acompañaron a un grupo de alumnos del colegio Otero Pedrayo, de Viloira, por los puntos de la villa donde la relación de la población con el río fue más estrecha: puente, calle de San Roque, Porto da Barca, Malecón y Casa Grande.

Momentos antes de iniciar la ruta en la plaza de Ramón Otero Pedrayo, las protagonistas de “Fiando Memoria” hablaban de artes de pesca ya desaparecidas, como los “caneiros, que permitían capturar truchas, anguilasy alguna que otra lamprea, una especie esta última cuya preparación era desconocida en O Barco. Otra práctica consistía en una red de forma cónica que los vecinos colocaban cuando el río bajaba crecido y turbio. No era legal, pero en tiempos de hambre permitía capturar hasta 40 kilos de peces que los pescadores repartían en el barrio.

En el taller también salieron a la luz las piedras que los vecinos colocaban en los troncos que las aguas habían arrastrado a las orillas, una señal con la que el pueblo sabía que esa madera ya tenía dueño. Los lavaderos de madera para la ropa tenían una segunda finalidad, limpiar los pulpos que después eran colgados a secar en alambres y que los niños vigilaban para que los gatos no se ocupasen de ellos y pudiesen ser llevados a las ferias DE O Barco, Puente de Domingo Flórez (León) y Sobradelo.

Puente de San Fernando

Un capítulo importante del taller giró en torno a la caída del puente de San Fernando, ocurrida el 27 de diciembre de 1959, y sus consecuencias en la población. Pocos días antes de este suceso, y ante la crecida del Sil, los habitantes de las casas construidas sobre la margen derecha del río fueron acogidos en las viviendas de enfrente, siguiendo instrucciones de la Guardia Civil.

La crecida también cubrió las fuentes, obligando a las familias que residían en las casas de la orilla a recurrir de nuevo a los vecinos de enfrente, quienes les suministraban el agua de los pozos que poseían en sus fincas.

Estas y otras historias de las gentes de O Barco y el río Sil fueron contadas al grupo de alumnos del último ciclo del colegio público Otero Pedrayo, de Viloira, en un paseo organizado coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente. “É a cultura da auga e a memoria do río e das mulleres de Viloira e San Roque vinculadas ao Sil”, comentó Blanca Albán, de la cooperativa Outonía.

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