Cientos de personas asistieron al paseíllo carnavalero, que discurrió por el centro de la villa, con 23 comparsas y 2 charangas
El desfile del Entroido barquense va a más. Cada año son más las personas atraídas por los disfraces y los folións. Ayer, varios centenares presenciaron las evoluciones de las 23 comparsas y dos charangas que iniciaron el recorrido desde las inmediaciones del Hospital Comarcal de Valdeorras para finalizarlo en la Praza Maior.
El buen tiempo fue, sin duda, un factor muy a tener en cuenta al buscar una explicación a la multitud que se reunió para ver el desfile. Pudo ver los folións de Carracedo de la Sierra, Fornelos de Filloás y Petín, pero también comparsas y disfraces de todos los tipos.
La sátira no faltó, como demostró el grupo que se dedicó a fumigar al público para combatir el ébola, o los monjes y monjas que se dedicaron a recoger dádivas, mientras pasearon un confesionario móvil. Un año más, los colegios volvieron a responder masivamente a la cita, con decenas de alumnos disfrazados, confirmando que el Entroido de O Barco tiene futuro.
También hubo disfrazados solitarios y no solo personas, también hubo alguna oveja que participó con un biberón de rica leche.
