El conselleiro de Innovación e Industria anunció en Lugo un 'plan de reactivación' del sector pizarrero

Los trabajadores de Ipisa secundan una huelga de un día para reclamar el pago de salarios

Trabajadores de Ipisa en la explanda de la empresa.
La plantilla de la pizarrera Ipisa, que forman 250 trabajadores, paró en su práctica totalidad para protestar por los repetidos retrasos en el pago de los salarios. La jornada de huelga, convocada por el comité de empresa y los sindicatos CC.OO. y CIG se desarrolló sin incidentes y podría repetirse los días 24 y 25 si la empresa no salda antes su deuda con los empleados. Mientras, en Lugo, el conselleiro de Innovación e Industria, Fernando Blanco, anunció un “plan de reactivación” para el sector pizarrero.
Un día más, a las seis de la mañana del martes 16 de septiembre, en la pizarrera Ipisa de A Médua (Carballeda de Valdeorras) sonaba la sirena que avisa del inicio de la jornada laboral. Sin embargo, nadie acudió a su llamada. En el exterior del recinto fabril, la presencia de agentes de la Guardia Civil de O Barco advertía que ocurría algo fuera de lo habitual. Los empleados confirmaban lo raro de la situación concentrándose en la explanada de la empresa, en lugar de ocupar sus puestos de trabajo. Fue el comienzo de una jornada de paro que convocaron los sindicatos CC.OO. y CIG junto con el comité de empresa y que secundó el 90% de los 250 trabajadores de la plantilla, según sus promotores.

La huelga pretende poner fin a los retrasos en el pago de los salarios. El martes, la plantilla estaba a la espera de recibir la mensualidad de agosto y, parte de ella, también la paga extra. Para tramitar el abono de las nóminas pendientes, sobre las 6,30 horas se presentaban ante la puerta de la empresa uno de sus directivos y un administrativo. Tras explicar sus intenciones a los concentrados y pedirles permiso para acceder a las oficinas, entraron para poner al día los pagos.

Pero los empleados no se fían. “Parece que só ingresan as pagas con presións”, comentaba Jorge Anta, delegado sindical de la CIG. A su lado, el enlace de CC.OO: José Luis Vila asentía y afirmaba que “xa está ben de enganos”.

El paro se desarrolló sin ningún incidente y se limitó a varios corros de trabajadores conversando ante las instalaciones. Pero los operarios temen que la situación varíe si las deudas con los trabajadores persisten antes de los días 24 y 25 de septiembre. Tras reunirse con los operarios, el responsable valdeorrés de la CIG, Adriano Brito, anunció la convocatoria de otro paro para esas fechas, supeditado al pago de los salarios. “Farase se non ingresan os cartos que deben”, dijo. Luis Alba, coordinador local de CC.OO., apuntaba que después de la nueva protesta “decidiremos en asamblea qué hacer”.

Mientras las máquinas de Ipisa paraban, en Lugo el conselleiro de Innovación e Industria se reunía con la directiva de la Asociación Galega de Pizarristas. Fernando Blanco destacó el “optimismo” que ésta le transmitió y anunció “un plan de reactivación del sector”. Incluye campañas de promoción, medidas para favorecer “la legalización de explotaciones”, programas energéticos para reducir costes y ayudas para adquirir maquinaria.


El margen de competitividad de la pizarra bajó un 22%

Ipisa no es la única pizarrera con problemas. En la vecina localidad de Quiroga (Lugo), Pebosa y Cupiga iniciaron el proceso de liquidación y Ferlosa presentaba ayer un expediente de regulación de empleo. Ante la grave situación, la Consellería de Traballo anunció la búsqueda de inversores para reflotarlas, sin descartar mediar en “un cambio de titularidad”, según el delegado lucense, Miguel Vázquez.

El presidente de la Asociación Galega de Pizarristas, Jesús Vidal, atribuye al mal momento de la construcción buena parte de los problemas. “Somos un sector que produce materiales de construcción y la construcción está como está, por lo que existe un poco de retraimiento”.
Pero el sector perdió un 22% de margen de competitividad entre los años 2000 y 2006.

Las causas hay que buscarlas en el incremento de los costes energéticos, que alcanzan un 40% en la oferta presentada a una pizarrera. El precio del gasoil, que aumentó en un porcentaje parecido, y la competencia entre las propias pizarreras -por un exceso de oferta- o con las de otros países -Brasil-, junto a la de otros materiales -fibrocemento- dificultan una salida.

La paralización de los créditos bancarios impide a las empresas curar sus males con ellos.

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