LAS PERIPECIAS DE UN VECINO DE PETÍN

Iba a Lanzarote y acabó en Eslovaquia: "Pareceume verde de máis. Aquí falta o mar"

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photo_camera José Antonio Mateo Rivera.

"Eu non puiden equivocarme de porta, mais non está moi claro que pasou". José Antonio Mateo Rivera culpa a Ryanair: "O trato foi pésimo"

Cuando el avión de la compañía Ryanair, que tomó para viajar a Lanzarote se disponía a aterrizar, José Antonio Mateo Rivera, un vecino de Portela de Portomourisco (Petín) de 56 años, tuvo una sensación extraña. "Pareceume un pouco verde de máis. Aquí falta o mar!", se dijo. Estaba a punto de finalizar un viaje que realizó dormido en su práctica totalidad y su inquietud estaba justificada. El vuelo que había cogido el pasado miércoles en Madrid no lo llevó hasta el archipiélago canario. Tomó tierra muy lejos de las islas y también de España: en el aeropuerto de Bratislava (Eslovaquia).


 Después de vivir 13 años en Lanzarote, regresó a Valdeorras hace dos años y ahora volvía a la isla a visitar una propiedad que posee allí. Inicialmente, atribuyó las diferencias del paisaje que veía desde el avión a los cambios que se pudieron registrar en la isla durante su estancia en Galicia. Tampoco le ayudó a salir de dudas la duración del viaje, pues es de aproximadamente dos horas y media desde Madrid a cualquiera de los dos destinos: Lanzarote y Bratislava.


Totalmente desconcertado sopesó la posibilidad de que el avión hubiese sido secuestrado. Sin embargo, descartó esta hipótesis tras un rápido vistazo a sus compañeros de viaje. No apreció la presencia de posibles terroristas y el pasaje parecía totalmente tranquilo: "Pensei nun secuestro, mais estaba todo moi calmado. Pregunteille ao viaxeiro que tiña ao lado e me dixo que estaba en Bratislava. Non o podía crer. Estaba conmocionado". No fue el único sorprendido. también la tripulación trató de averiguar qué había fallado. "Fixeron chamadas e me preguntaron: 'Como está aquí'? Lles dixen que eran eles os que tiñan que darme esa explicación", dijo.


El valdeorrés no llegó a bajar del avión. Después de esperar un tiempo en el aeropuerto, el mismo aparato en el que voló a Bratislava lo devolvió a Madrid para que tomase el de Lanzarote. En todo caso, regresó sin billete. Aseguró que no le dieron uno nuevo, una circunstancia que no le agradó en absoluto. "Sempre pensei que me tiñan que dar un billete", comentó. Eso sí, esta vez sí llegó a su destino en la isla: el pueblo de Guacimeta.
 José Antonio Mateo aún no se explicaba ayer qué pudo suceder, cómo fue posible el error en el embarque. Sí tiene claro que si hay alguna responsabilidad esta le corresponde a la compañía Ryanair, en la que voló.

En este sentido, explicó que pudieron influir en la confusión los varios cambios de fila que le obligaron a hacer las azafatas, la gran cantidad de viajeros que ese día se agolpaban ante ellas y las prisas en el control de pasajeros. "Eu non puiden equivocarme de porta, mais non está moi claro que pasou", dijo.


Ayer se quejó agriamente del trato recibido de la compañía después de aterrizar en Bratislava y descubrirse el error. "Non me ofreceron nin un café, nin me preguntaron se necesitaba algo. O trato de Ryanair foi pésimo. Ningúen se preocupou por min. Todo o tempo querían tapar o que pasou", protestó. Tal es su enfado que afirma estar dispuesto a presentar una denuncia, aunque seguidamente explica que carece de dinero para tramitarla por lo que solo la tramitará si algún bufete de abogados muestra interés. Aseguró que la indemnización sería destinada a pagar a los letrados y a alguna asociación de carácter benéfico. "Só quero que estas aerolíneas se comporten doutro xeito. Eu non quero nada", comentó.

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