La eliminación de las toneladas de escombros generados por la acción de las llamas del gran incendio de julio en más de una treintena de construcciones, incluidas viviendas, de A Veiga de Cascallá (Rubiá) preocupa seriamente a los vecinos. Se ven incapaces de afrontar el elevado coste que supondría su retirada con una pala mecánica o el transporte en camión hasta una planta de tratamiento de residuos, siendo las más próximas las de Ponferrada o Monforte, según fuentes vecinales. Mientras, el pueblo colocó figuras decorativas para guiar a los visitantes hacia el barrio más dañado.
Este problema se suma a la denegación de ayudas para paliar los daños en los sotos de castaños, al no estar inscritos en el Reaga (Rexistro de Explotacións de la Xunta) la gran mayoría de ellos, tal y como publicó este diario. Si bien la Consellería do Medio Rural anunciaba la próxima convocatoria de una línea de subvenciones a la que podrían acogerse los propietarios de los árboles, el escepticismo comienza a cundir entre los afectados.
En referencia a la necesidad de desescombrar las construcciones que destruyó el fuego, el GDR (Grupo de Desenvolvemento Rural) Valdeorras redactó tres proyectos, cada uno de ellos presupuestado en aproximadamente 40.000 euros para actuar en las casas que no van a ser reconstruidas. Según explicó su presidenta y alcaldesa de Carballeda de Valdeorras, María del Carmen González, los trabajos fueron realizados para los núcleos más afectados por el gran incendio de julio: A Veiga de Cascallá (Rubiá), Candeda (Carballeda) y Alixo (O Barco). Ahora, el objetivo es conseguir financiación, si bien Carballeda podría iniciar el suyo con fondos propios.
