Los usuarios del tramo de Vilamartín de la antigua N-536 comienzan a sufrir las consecuencias de su deterioro.
Los coches circulan sobre un asfalto agrietado que se rompe a pasos agigantados sin que el alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, encuentre la fórmula para darle una solución. Con el fallecido Manuel Candal Candal ocupando la Alcaldía, el Ministerio de Fomento cedió la titularidad de la infraestructura al Concello. Como contrapartida financió proyectos como la construcción de aceras en Vilamartín, Arcos y San Miguel. Transcurridos 11 años, el mantenimiento de sus 5,5 kilómetros está fuera de las posibilidades de un presupuesto de aproximadamente 1,3 millones de euros. Baste señalar que aplicar una simple capa de aglomerado puede costar más de 300.000 euros.
'En nada habrá que empezar a parchear. No sé a quién se le ocurrió que el Concello se hiciese cargo del mantenimiento. Es inasumible', se quejó el alcalde. El socialista Enrique Álvarez también anunció que en breve iniciará gestiones para buscar la financiación necesaria para arreglar una carretera muy transitada, la única que tienen los vecinos de Arcos, Portela y San Miguel de Outeiro para viajar a Vilamartín, O Barco o A Rúa. El concejal popular de Vilamartín José Pinto Álvarez es consciente del mal estado de la carretera. 'Hay tramos en los que habría que esparcir aglomerado. El firme está bastante mal y con la lluvia se abrirá más donde hay grietas', dijo. El edil coincidió en mostrar sus dudas sobre las ventajas de la operación que el Concello realizó con Fomento. 'Los concellos no tienen medios. Es imposible financiar el mantenimiento', dijo el concejal de la oposición.
Otros casos: Manzaneda y Petín
Un caso similar al de Vilamartín se da en Manzaneda, aunque aquí las carreteras eran de Iberdrola. En 2006 el Concello asumió 14,5 kilómetros de dos carreteras a cambio de rebajar en 300.000 euros su deuda de 598.000 con la empresa. 'Gracias a iso rebaixamos a deuda', dijo el entonces alcalde y hoy edil popular, José Hervella. 'Non sei en que condicións se asumiu pero a día de hoxe é ruinoso', confesó el actual regidor de Anova, David Rodríguez.
En Petín, su alcalde socialista, Miguel Bautista, planteó que la Diputación asuma la carretera de Valencia del Sil para arreglarla
'En nada habrá que empezar a parchear. No sé a quién se le ocurrió que el Concello se hiciese cargo del mantenimiento. Es inasumible', se quejó el alcalde. El socialista Enrique Álvarez también anunció que en breve iniciará gestiones para buscar la financiación necesaria para arreglar una carretera muy transitada, la única que tienen los vecinos de Arcos, Portela y San Miguel de Outeiro para viajar a Vilamartín, O Barco o A Rúa. El concejal popular de Vilamartín José Pinto Álvarez es consciente del mal estado de la carretera. 'Hay tramos en los que habría que esparcir aglomerado. El firme está bastante mal y con la lluvia se abrirá más donde hay grietas', dijo. El edil coincidió en mostrar sus dudas sobre las ventajas de la operación que el Concello realizó con Fomento. 'Los concellos no tienen medios. Es imposible financiar el mantenimiento', dijo el concejal de la oposición.
Otros casos: Manzaneda y Petín
Un caso similar al de Vilamartín se da en Manzaneda, aunque aquí las carreteras eran de Iberdrola. En 2006 el Concello asumió 14,5 kilómetros de dos carreteras a cambio de rebajar en 300.000 euros su deuda de 598.000 con la empresa. 'Gracias a iso rebaixamos a deuda', dijo el entonces alcalde y hoy edil popular, José Hervella. 'Non sei en que condicións se asumiu pero a día de hoxe é ruinoso', confesó el actual regidor de Anova, David Rodríguez.
En Petín, su alcalde socialista, Miguel Bautista, planteó que la Diputación asuma la carretera de Valencia del Sil para arreglarla
