El alcalde retoma su proyecto de utilizarla como punto de venta de productos autóctonos
Las dos construcciones que en su día ocupó Cruz Roja de Valdeorras, en Vilamartín, se encuentran en un estado que deja mucho que desear, sobre todo la más antigua. Este deterioro preocupa al alcalde socialista, Enrique Álvarez Barreiro, quien pretende restaurar las instalaciones de mayor antigüedad antes de que se derrumben y después ofrecerlas a algún promotor interesado en vender productos tradicionales de Valdeorras. Su situación, a un lado de la carretera N-120 y en el centro de la comarca facilitaría su actividad.
"Queremos ter un punto de venta de productos da comarca se hai algún empresario que, mediante un convenio con el Concello, se interese", dijo el alcalde, Enrique Álvarez. Añadió que el lugar donde está la sede de Cruz Roja posee un amplio aparcamiento y que en toda Valdeorras no hay un establecimiento de estas características.
La propuesta no es nueva. Enrique Álvarez maneja esta posibilidad desde 2012, durante el tiempo que permaneció en la Alcaldía. Ahora, el Concello, que es el propietario, busca iniciar su reforma.
El mal estado de la cubierta, que ya comienza a hundirse, es la principal preocupación del Concello. El equipo de gobierno aguarda por una subvención de la Diputación provincial que le permitirá contratar un operario durante medio año. Entre sus cometidos estará arreglar las instalaciones, ayudado por un trabajador municipal.
Enrique Álvarez confía en que alguna pizarrera y un aserradero cedan la pizarra y madera necesarias para el tejado.
La segunda construcción, más actual y mejor conservada, seguirá siendo usa por la brigada contra incendios que el Concello contrata para los meses de verano.
