Vilamartín insta a eliminar las construcciones ruinosas

Calle de la localidad de Vilamartín de Valdeorras.
photo_camera Calle de la localidad de Vilamartín de Valdeorras. (FOTO: ISAAC CRUZ)
El Concello requiere a los dueños a reformar, rehabilitar o derribar los inmuebles en mal estado

Las construcciones abandonadas y en estado ruinoso se convirtieron en un serio problema para Vilamartín de Valdeorras. Aldeas como San Vicente de Leira pierden población. En dos décadas, entre los años 2000 y 2020, este núcleo pasó de 179 habitantes a los 77 del año pasado (casi el 57 % menos), según confirman los datos de Foro Ciudad. Muchos abandonaron el lugar para establecerse en las poblaciones principales de la comarca o prefirieron irse a la ciudad a seguir en el rural. 

Dejan atrás casas, alpendres y otras construcciones, algunas de las cuales amenazan a la seguridad de quienes siguen viviendo en el pueblo. No existe un estudio de ellas, pero el alcalde, Enrique Álvarez Barreira, estima que, solo en San Vicente, son más de 40 las construcciones que presentan graves deficiencias. “Case todos os pobos están na mesma situación”, explicó.

Los datos del Concello confirman esta pérdida de población. De tal manera que en medio siglo, sus habitantes pasaron de los 3.252 de 1970 a 2.502 en el año 2000 y a los 1.812 contabilizados por Foro Ciudad en 2020. Es decir, en cinco décadas perdió más del 44 % de su población.

El problema no es nuevo y en el Concello son conscientes de que la solución no es fácil. En las últimas horas, el alcalde difundió un bando insistiendo en la necesidad de eliminar el peligro que entrañan estas construcciones. “Existiendo numerosos edificios en mal estado no noso municipio, este Concello, por motivos de seguridade, hixiene e ornato público e de acordo coa Lei do Solo de Galicia informa a tódolos propietarios da súa obriga de conservar en bo estado os inmobles”, dice el texto firmado por Enrique Álvarez, el mismo que “require a todos os que teñan algunha edificación en estado ruinoso a súa reforma, rehabilitación ou derrubo (se a normativa o permite)”,

 “A xente non fai nin caso, so empezan a facelo cando chega a denuncia dun veciño”, comentó el regidor. Las cartas del Concello advirtiendo de la apertura de un expediente sancionador sí surten efecto. Pero no todos los dueños de los inmuebles la reciben. Muchos emigraron y se desconoce su residencia actual. Si esto sucede, “e se plantea perigo, actúa o Concello, pero non temos a ningúen a quen repercutirlle o gasto”.

O Barco busca casas con finca

El problema de la falta de seguridad que entrañan las casas en ruinas también preocupa en el Concello de O Barco de Valdeorras. En el último año no fue derribada ninguna, pero sí se hizo anteriormente. En todo caso, la situación podría dar un giro de 180 grados gracias a la crisis sanitaria del covid-19. Al menos, así se deduce del interés que despiertan las casas en el medio rural. Lo apuntó el concejal de Obras, Miguel Neira Ojea. “Coa pandemia a xente fala de recuperar casas do pobo. Rara é a semana que non me preguntan por casas con finca”, dijo el edil barquense.

En el ánimo del Concello barquense no está derribar casas, una decisión que únicamente toma “cando existe moito perigo”, según explicó Miguel Neira. El concejal aprovechó para hacer un llamamiento a los propietarios de viviendas en los pueblos que, “se non se utilizan, é mellor vendelas” y aludió a las reticencias de numerosas personas a desprenderse de la casa familiar. Para el edil barquense, la recuperación de estas viviendas debería contar con la ayuda de las administraciones, pues “é unha opción para recuperar o rural”. A este respecto, comentó que el coste de recuperar estos inmuebles es muy elevado.

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