Vilamartín vibró con los bombos y los disfraces

El desfile de Entroido reunió a más de 200 personas que recorrieron y animaron sus calles

Los sonidos del Entroido regresaron a las calles de Vilamartín. El desfile que organizó el Concello devolvió la algarabía propia de estas fechas a una población que ya echaba de menos las risas y la fiesta. Fueron siete los grupos que se inscribieron en el desfile, cinco de ellos comparsas y los dos restantes fulións. Pero fueron muchos más los vecinos que no pudieron resistirse y se incorporaron a la marcha disfrazados. 

El punto de encuentro fue el habitual, A Rodeleira. En este lugar, los participantes iniciaron un recorrido que los llevó hasta la plaza de Xosé Luis Núñez, en el centro del casco urbano, donde comenzó una fiesta que amenizó musicalmente una discoteca móvil.

Los organizadores de las comparsas pensaron en temáticas muy variadas. De tal forma que los emojis del ANPA del colegio Manuel Respino compartieron la calzada con los cocineros, cargados con los útiles necesarios para preparar una buena merienda, o los egipcios de la pirámide musical y móvil, entre otros grupos de disfrazados.

En un Entroido del oriente provincial no pueden faltar los fulións. Fueron dos los que se sumaron al desfile vilamartinés: el anfitrión, Os Labregos, y el de Petín, conocido por Os Arrieiros. Sus bombos retumbaron en todos los rincones de la localidad, animando una fiesta a la que se sumaron más de 200 personas.

Hubo indumentarias para todos los gustos y edades, como pudo verse en la plaza del pueblo. Lo que faltó fue la comida y la bebida, pues la concejalía que dirige Claudia Núñez no quiso correr riesgos.

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