Voluntarias de la Caridad de A Rúa urgen contar con sede

Voluntarias de la asociación clasificando productos para repartir entre los necesitados.
photo_camera Voluntarias de la asociación clasificando productos para repartir entre los necesitados.
Voluntarias de la Caridad de A Rúa, que reparten alimentos, llevan meses realizando su labor desde un almacén 

La Asociación Voluntarias de la Caridad de A Rúa necesita un local para poder seguir ejerciendo sus labores de ayuda. En el verano de 2023, tras casi sesenta años en A Rúa, la congregación de las Hijas de la Caridad cerraba su comunidad y con ella el edificio que venían ocupando desde 1965. Varias de aquellas aulas, en un tiempo repletas de alumnos del colegio Pablo VI, habían sido cedidas a la asociación, que ahora, tras el cierre de las instalaciones, ya no puede seguir usando. 

“Para poder hacer el reparto en bolsas, de alimentos que nos vienen de Europa y del Banco de Alimentos, tenemos que ponernos en fila india unas detrás de las otras”. Así lo explica Joaquina Fernández “Quinta”, voluntaria y tesorera, que se queja de que han tenido que prescindir “del ropero que teníamos porque no tenemos sitio dónde almacenar la ropa”. La falta de espacio ha hecho que las labores de papeleo las tengan que hacer desde casa, porque ahora tampoco disponen de Internet. Tras llamar a varias puertas buscando un local, siguen priorizando su labor de reparto en un bajo “que antes usábamos solo para almacenar”, puntualizó. 

La asociación que preside Marta Ansede realiza infinidad de actividades para recaudar fondos: puestos en la feria del día 7 de cada mes, eventos solidarios con ayuda de los clubes deportivos de fútbol y de atletismo, y hasta un bingo solidario cuyo premio, una cesta de Navidad que no salió premiada, fue donada por el Casino. El dinero “lo invertimos en muchas cosas muy necesarias, desde pagar el camión (alrededor de 300 euros) que nos trae alimentos del Banco de Ourense, hasta comprar alimentos frescos para familias que los necesitan, pagar la luz de alguien que no tiene con qué, o ayudar al arreglo de un bajo”, explica “Quinta”. Su labor, merece un lugar digno.

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