Francia y Estonia no hacen olvidar el Entroido de Ourense

Olalla González junto a un boteiro, figura representativa.
photo_camera Olalla González junto a un boteiro, figura representativa.
El Entroido de Ourense despierta sentimientos indescriptibles, pero estos pueden multiplicarse cuando las obligaciones laborales impiden disfrutarlo durante años. Es el caso de Olalla González, una vianesa que ha vuelto a casa por el Entroido

Olalla González Domínguez, natural de Viana do Bolo, decidió emigrar al extranjero hace casi una década por razones laborales. Tras una pequeña temporada en Francia, decidió asentarse en Tallín, Estonia, donde lleva más de seis años viviendo junto a su pareja. Aunque ha vuelto a Ourense por el Entroido.

Coordinadora de proyectos europeos, las obligaciones laborales le han impedido regresar a su tierra durante el Entroido durante 8 años. Tras este largo periodo, desde hace un año comenzó a cuadrar su apretada agenda para asistir nuevamente a una tradición que ha marcado su infancia. “Estar novamente no Entroido fíxome sentir unha gran emoción e nostalxia. Volvín sentirme como antes, como se non houbera pasado o tempo”, explica Olalla. 

Aquellos que viven anualmente esta celebración quizás no notan cambios significativos en esta tradición pero esta vianesa confiesa que hay varias cosas que le han llamado la atención después de este tiempo. Entre ellas, la presencia de tantos boteiros en el desfile del Domingo Gordo. “Recordo que cada folión tiña un ou dous boteiros e agora chámame a atención que as agrupacións veñan acompañadas por moitos máis”, señala.  Y es que, en los últimos años se ha trabajado por poner más en valor esta figura tan espectacular e icónica del Macizo Central. 

“Vivir o Entroido polas nosas rúas recordoume como esta celebración sucede de xeito orgánico. As horas non son precisas e o obxectivo é saír a rúa para unirte ó resto e gozar conxuntamente”, explica Olalla. Aunque confiesa que esto puede complicar la organización cuando te desplazas con un grupo, señala que “tamén é o bonito”. Y es que, en la tradición vianesa el objetivo es pasarlo bien, tocar por las calles y disfrutar sin unos rígidos esquemas previamente establecidos. 

Olalla espera no tardar otra década en volver a vivir la celebración. Y es que, como la mayor parte de los vianeses que residen fuera, en esta localidad, a casa se vuelve por el Entroido.

Te puede interesar