Después de muchas semanas de cuentas y dudas la primera de ellas está despejada. El COB ya no puede ser campeón del grupo y tampoco ha hecho méritos para ello. El Cantabria dejó al descubierto las limitaciones de una plantilla que tiene argumentos para jugar mejor, pero también problemas para camuflar sus hándicaps. Lo condenó al camino más largo en la pelea por un ascenso para el que sigue estando capacitado.
Pero todo empieza por estar preparado para sufrir y saber disfrutar de un play off en el que cada partido será una demostración de compromiso y cabeza fría.
El Pazo le volvió a dejar claro que estará a su lado para llevarlo a una liga que a la afición le pertenece, sin dudas. Pase lo que pase el domingo estará en cada partido para hacer su parte del trabajo. Ellos no se bajarán nunca hasta que acabe el trayecto.
Pero incluso con un pabellón y una afición de superior categoría la clave siempre estará en la pista.
Con Guillermo Arenas ha quedado claro que el equipo es más consistente en defensa. Esa faceta será vital para tener opciones en cada eliminatoria. Para irlas superando tendrá que aparecer el compromiso individual sea cual sea el rol que se asigne.
El COB empieza el domingo el primero de los siete partidos que llevan al ascenso. Se acabaron los atajos y tampoco pasa nada por ello. Una bofetada dura, pero toca levantarse rápido y mirarse a los ojos en el vestuario para comprometerse a llegar a la meta.
Seguro que cada entrenamiento de un trabajo contrarreloj irá haciendo mejor al equipo y por eso cada eliminatoria que se pase supondrá, por partida doble, estar un paso más cerca.
El que no esté dispuesto a redoblar esfuerzos un mes más que se baje ahora del barco. El resto, manos a la obra.
