Hoy no he encendido la tele y por lo tanto no sé si el Presidente ha metido la turra eterna de todos los días, desconozco si Gianmarco sigue dolido o que ha ocurrido con el móvil de Adara. No tengo las cifras del día y tampoco sé si la curva ha subido, bajado o se ha mantenido. Lógicamente no he salido de casa ni para hacer la compra porque, como ya he contado aquí, es el miércoles el elegido para tan arriesgada empresa.
Mi día lo he enfocado a estudiar un poco, a leer otro poco, a cocinar un rato y a estar con “a filla” el resto. Así que pocas influencias externas he tenido para que mi cerebro ideara alguna columna. Curiosamente ha sido en las redes sociales donde he visto dos noticias totalmente antagónicas que han despertado mi inquietud.
En una de ellas hablaba sobre la nota que ha recibido una enfermera en su casa. La verdad es que la nota se la encontraba su hija y en ella, algún vecino o vecinos, le invitaba a que se fuera a vivir a otro domicilio mientras durara la cuarentena porque ellos sabían que trabajaba en la sanidad y por tanto era una persona que les ponía en riesgo al resto.
En la otra en cambio, es una persona la que en un hilo muy extenso narraba como ha bajado a echar la basura con su hija, eran muchas bolsas y al parecer no la podía dejar sola, y ha pasado por delante de un control policial. Ahí un agente le ha parado y cuenta como se ha ido complicando todo hasta el punto, según su relato, que han sentido como la autoridad se ha trasformado en autoritarismo. Finalizaba contando como su hija, al llegar a casa, le preguntaba el motivo del comportamiento del policía mientras lloraba y bastante nerviosa, se mostraba incrédula con lo vivido.
No voy a entrar a valorar en la veracidad o no de las dos historias, no tengo que dudar de ninguna de ellas porque en ambas son personas que se identifican y no perfiles anónimos ni pseudónimos - ¿alguien puede explicarme para que sirve esa “p” inicial y quien la usa? Lo que sí refrenda estas dos historias es que; no por aplaudir te vuelves solidario ni por ser aplaudido te vuelves empático. El que es solidario o empático lo era, es y será independientemente de la situación que esté viviendo, el resto es postureo.
