Cartas al director

QUO VADIS, PEDROLUS?

“El presidente, que viaja a Jerusalén justo cuando se acaba de anunciar una tregua de cuatro días en Gaza, aboga por que España reconozca el Estado de Palestina, pero no de forma inmediata ni unilateral.” 

(El País, 22.11.2023).
Si no es de forma inmediata ni unilateral, ¿a qué va? Pues, va por libre, sin anunciarlo ante el Congreso de los Diputados, como tampoco aclara qué otros países le apoyarán en el reconocimiento de Palestina como un Estado soberano. ¿Países miembros de la Unión Europea, que mayoritariamente pertenecen a la OTAN, apéndice de los Estados Unidos? Uno de los estados europeos de mayor peso político en el continente es Alemania. Y Alemania se ha negado en múltiples ocasiones a tal reconocimiento propalestí. 

Puedo imaginarme la respuesta de Netanyahu a Pedro Sánchez. “¿De qué vas bitter kas?... ¿Vienes a disculparte por las declaraciones de miembros de tu Gobierno acusándonos de perpetrar crímenes en Gaza, y que ya fueron protestadas por nuestra Embajada en Madrid el 16.10.2023?”. Pedro, cabizbajo, musitará un “lo siento, fueron opiniones personales y no en nombre del Gobierno. Prueba de ello es que no llamamos a consulta a la señora embajadora en Madrid… no volverá a ocurrir”.

No encuentro más motivo en ese viaje que el de promocionarse como un líder influyente en el entorno internacional. La tiene clara el hombre, dado el escaso papel que ha representado el Estado español en el plano mundial, dada su sumisión a los designios de Estados Unidos en la política exterior. La última prueba de sumisión de Sánchez es reconocer la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental, en contra del Derecho Internacional. Soberanía compartida con Estados Unidos y el propio Israel.

Señor Sánchez deje de marear la perdiz. Pase de las palabras a los hechos, de apoyos simbólicos a un reconocimiento oficial de Palestina como Estado soberano e independiente. Recuerde que Palestina es más que Cisjordania, también lo es Gaza, gobernada por Hamás, con cuyo líder no anuncia entrevista alguna, y sí con un patético entreguista Abbás en Ramala (Cisjordania).

Mientras, más pronto que tarde, afronte los desafíos que se han presentado en la turbulenta política interior de este país. No intente ser luz de candil en la calle y oscuridad en la casa. Reformulo la pregunta, quo vadis, Pedrolus, a Jerusalén?