“Estoy orgulloso de haber impedido la creación de un Estado palestino, porque hoy todo el mundo comprende lo que podía haber sido un Estado palestino, ahora que vemos el pequeño Estado palestino de Gaza”
(Netanyahu).
Lo que yo puedo comprobar es el estado de una tierra asolada de un genocidio sin límites. Una tierra con sus gentes que el sionismo, desde casi un siglo, con la colaboración del imperialismo yanqui y sus monaguillos, jamás se le ha reconocido un status de estado independiente, no a las bravuconadas contemporáneas del señor, por llamarle algo, Netanyahu.
¿Cómo ha impedido la creación de un Estado palestino? Pues destruyendo vidas humanas, infraestructuras, incluyendo dentro de éstas escuelas y hospitales, hasta lograr su total ocupación. En los 71 días desde el comienzo del asedio a Gaza, por tierra, mar y aire, se llevan contabilizados 18.000 asesinatos, de los que corresponden 8.000 niños y 6.000 mujeres; 300 de personal sanitario; 32 de personal de Defensa Civil; 91 periodistas; 75.000 desaparecidos… Espantosa cifra, que se verá incrementada por inanición y escasez de medicamentos, si no cesan las hostilidades en contra de una población civil.
No, primer ministro de Israel, el conflicto no lo ha creado Hamás en Gaza, a Hamás lo ha creado el conflicto de una tierra ocupada por usted y los suyos practicando el desalojo masivo de palestinos de sus hogares, y practicando a los que no han abandonado un sistema de apartheid. Ustedes no han querido nunca la paz, una paz digna con sus vecinos, que eran ya los originarios de esas tierras, que ahora ocupa el Estado de Israel. Originarios a quienes les han traicionado con el incumplimiento israelí de los Acuerdos de Camp David y Oslo. Sin mencionar las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sin efectividad merced al veto de su patrocinador los Estado Unidos.
Puede, Netanyahu, sentirse orgulloso de sus hazañas, al enarbolar la bandera de la muerte. La historia le juzgará, ya que no reconoce la jurisdicción del Tribunal de La Haya. Los libros de historia le recordarán no como haber salvado a la humanidad de la creación de un Estado palestino, si no como a un criminal abyecto, cual émulo de Hitler, responsable del holocausto judío. Paradojas de la historia.
Vaya jeta que muestra este sionista, ignorando, quizás, que reinará la desgracia si gobierna el orgullo de un necio. “La ira es el enemigo de la no violencia, y el orgullo es un monstruo que se traga todo” (Mahatma Gandhi). Hay ciertos animales que se sienten orgullosos de alimentarse con sus propios excrementos. Y los seres humanos pertenecemos al mundo animal.
