Cartas al director

Obituario | Don Antonio Pérez Alén. In memoriam

Amigo/a, en la noche del 30 de marzo fallecía en León el salesiano ourensano Antonio Pérez Alén, a los 83 años de edad y otros tantos de santidad. Antonio fue en Leiro (Cenlle) un niño bueno y en los Salesianos, un hombre de amplia cultura clásica y profunda espiritualidad bosquiana. 

Los ourensanos tuvimos la suerte de que Antonio sembrase en nuestros surcos cultura griega y latina, y espiritualidad y serenidad, durante diez de sus años más fecundos. El colegio Salesianos de la capital tomó cuerpo en los cursos 1985-1989 en los que él lo dirigió. Amencer echó raíces esos años, en los que él las regó. Y en el árbol de la parroquia María Auxiliadora brotaron esos años nuevas ramas que el cultivó. 

Durante el laboreo de Antonio en Ourense, celebraron los Hijos de Don Bosco los 75 años de su presencia en estas tierras. Pusieron nombre a la Plaza Don Bosco, levantaron el monumento en dicha plaza al Padre y Maestro de la juventud. Llegaron las Hijas de María Auxiliadora al campo salesiano, para dar nuevo sabor al fruto de la  educación. Se incorporaron por primera vez las niñas a la escuela salesiana, creando más armonía en el cultivo integral. 

Una de estas niñas de entonces, Silvia de la Iglesia, se expresa así: “Tenía seis años recién cumplidos, cuando mi madre me besó en la mejilla dejándome a las puertas de un cole nuevo. Tenía unos patios enormes, jardines por todas partes, campos de fútbol, de baloncesto, para jugar al pilla, gradas, hasta un bosque detrás del campo de arena… era increíble”. Esta tierra la preparó y cultivó durante diez de sus mejores años el ourensano Antonio Pérez Alén. 

Amiga/o, en esta carta no hay espacio para más. Antonio fue un buen pedagogo y un mejor salesiano. Como educador, qué satisfacción se llevó al enterarse en el curso 1988-89 de que  habían aprobado en la Selectividad 87 de los 90 alumnos presentados. Como salesiano, rezaba todos los días por los jóvenes. Y pedía que, “… guiados por María Auxiliadora, nos encontremos un día en la gran familia del cielo”. En ti ya se ha cumplido tu petición, Antonio. Sigue pidiendo por nosotros.