Cartas al director

Han muerto por suicidio

Amigos y amigas:

Uno del grupo puso en mis manos hace unos días el libro “Acompañamiento pastoral ante el suicidio”, de la editorial CCS. Su autor, Daniel Olmos (Ciudad de México, 1975) estudió licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad La Salle y se ha especializado en Tanatología, Psicología Pastoral y Suicidología. 

El día 6 de abril leí en un diario de tirada nacional que una holandesa de 28 años pidió la eutanasia por padecer depresión. La decisión definitiva la tomó cuando al terminar una consulta con su psiquiatra, éste le dijo: “No hay nada que podamos hacer por ti. Nunca mejorarás”. El libro que te presento nos recuerda que nunca se debe decir a nadie “nunca mejorarás”. Y que, sin embargo, se puede y debe escribir y hablar abiertamente sobre el suicidio. 

Algunos apartados del libro son estos: Conceptos básicos para entender el suicidio, mitos sobre el suicidio, cinco enseñanzas para prevenir el suicidio, pistas para prevenir el suicidio (detectar las señales de advertencia, evaluar los pensamientos suicidas, tomar medidas para cada nivel de riesgo…), responder a los sentimientos de la persona que intentó suicidarse, tomar en serio el intento de suicidio, brindar apoyo continuo, ayudar a los supervivientes…

El autor del libro nos enuncia algunas posturas que pudieron darse y fueron grandes errores: párrocos que negaron los servicios religiosos a familiares de personas suicidas, catequistas que hablaron del infierno como el destino del suicida, sacerdotes que dudaron públicamente de la misericordia de Dios cuando se trataba de un suicidio, colegios que prohibían a sus alumnos hablar sobre el suicidio con sus compañeros, personas que recomendaron a las familias afectadas que se hiciesen un exorcismo después del suicidio de un familiar…

También nos advierte el autor del libro que, por fortuna, a medida que ha mejorado nuestra comprensión de la psicología del suicidio, la Iglesia Católica ha desarrollado una enseñanza más matizada y compasiva sobre esta forma de muerte. El Catecismo de la Iglesia Católica no señala el suicidio como un pecado. Nuestro Padre Dios no es una divinidad sádica, que condena al sufrimiento a quien ya padeció en esta vida. 

Amigas y amigos, según la OMS el suicidio afecta a 700 mil personas al año. En España en el 2021 fallecieron por esta causa 4.003 personas. Daniel Olmos nos recuerda que todos podemos pedir ayuda y que todos podemos dar ayuda.