Cartas al director

Pilar Dávila Padrón: Una vida dedicada al servicio de la Enseñanza

En un mundo convulso donde la inmediatez parece ser el objetivo prioritario para una gran mayoría, en el que los días pasan sin tiempo para pensar y todo es urgente, en los que hay que crecer rápido, actuar rápido surge la figura del profesor. 

Nada se consigue a la fuerza y tú mejor que nadie lo sabe, porque desde el respeto y afecto has luchado día a día en el aula por acercarte a esa juventud. Tu interés por hacer mejores ciudadanos con tu persistencia y dedicación, tengo la certeza de que todos tus esfuerzos han valido la pena. Ser “Maestra” es cuidar del otro y tú lo has hecho durante toda tu trayectoria como docente.

Has dado lecciones de vida y has aprendido lo grande que se esconde en el corazón de los jóvenes. Han sido muchas horas de duro trabajo para intentar cambiar el rumbo de muchas generaciones. Por eso y muchas cosas mas Pily, y gracias por todos esos años de dedicación, de desvelo por tus alumnos, gracias por tu paciencia y por la cercanía, Gracias por preocuparte y darles tu apoyo y fortalecer su espíritu, porque has alimentado su ávido interés por aprender y al mismo tiempo has ayudado a que fueran mejores personas.

A partir de ahora disfrutarás de una merecida jubilación pero no te olvidarás nunca de las viejas aulas… el bullicio de los pasillos… Les has enseñado el verdadero significado de la solidaridad y el respeto. Has tenido en cada situación la palabra justa de aliento para “rescatarlos” de sus temores y dudas. Has procurado despojar a la enseñanza de toda ingrata austeridad, de los superficial y lo vano.

Hablar con la juventud sobre el futuro es un genero de oratoria sagrada. El espíritu de la juventud es un terreno generoso donde una palabra oportuna suele dar a corto plazo sus frutos y tú lo has intentado siempre. Has colaborado, Pily, a escribir una página de sus vidas, ¡los has preparado para respirar aire libre! Siéntete orgullosa de tu labor y entrega de toda una vida. Como profesora les has trasmitido unos valores que van más allá de lo meramente académico. Les has enseñado a amar ese tesoro y esa fuerza que llevan dentro. Has conseguido seguramente que superaran los malos momentos, has puesto en cada uno de tus actos el amor, la sabiduría y la humanidad que lo impregna todo. Les has enseñado a que aspiren a la plenitud y no al conformismo inútil.

Querida Pily, ese es el objetivo de una buena profesora y estoy seguro que tú lo has sido, ahora puedes enfrentarte a tu nueva etapa con la mirada tranquila y serena de quien lo ha intentado todo con entrega, honradez y amor.