Cartas al director

Transparencia a debate

Estos días se ha generado una nueva polémica en torno a la monarquía británica. Después del largo reinado de la reina Isabel II, el acceso a la corona de su hijo Carlos no está siendo fácil. Por estar no está exento de polémica. Por parte de los medios de comunicación se critica la falta de transparencia en trono a las figuras del propio rey y de Kate Middleton. Ambos se encuentran aquejados por sendas enfermedades y no pueden hacer frente a sus compromisos con la Corona. En el caso de Carlos, por un cáncer y en el de la princesa de Gales, por estar convaleciente de una operación abdominal.

El dilema que se plantea es: ¿acaso las monarquías no deben dar explicaciones a los ciudadanos acerca de su situación personal? Es perfectamente entendible que no todos los aspectos vitales sean objeto de conocimiento público, pero sí aquellos que repercuten en el país al que representan.

En el caso que nos atañe la crisis de comunicación es un tema que se ha gestionado de la peor manera posible. Los británicos y medio mundo se preguntan qué pasa con Kate y el porqué de que se intentara tapar la verdad con el retoque fotográfico del Día de la Madre.

No es el único caso en las monarquías, ya que la felicitación navideña de la Familia Real española en 2005 en la que difundieron la particular fotografía oficial en la que los reyes Juan Carlos I y Sofía posaban con sus (supuestos) nietos. Volvería a repetirse dos años más tarde, para la felicitación de Navidad de 2007. Y en el año 2022, cuando otra instantánea de Juan Carlos I acompañado de alguno de sus nietos, concretamente de los Urdangarin y las dos infantas, en Abu Dabi, volvió a acaparar titulares. La pregunta por parte de la audiencia fue unánime: ¿y las piernas de Pablo Urdangarin?

He aquí dos debates tan interesantes como intrigantes: ¿Hasta dónde debe llegar la transparencia en las monarquías y sus obligaciones con los ciudadanos? ¿Editar una fotografía en posproducción entra dentro de lo admisible cuando supone una distorsión de la realidad?