Cartas al director

La bomba H

Pongo la canción en bucle una y otra vez sampleada con carátula oscura. Entre las notas de polvo de la ventana, veo la calle. El bar de rótulo negro y letras amarillas está cerrado. El bar del medio también. La tahona estrecha, de rótulo naranja está cerrada. Las fruterías que ponen naranjas y zumo en la acera también. Ya no está el vendedor de cupones que hace equilibrios con limones maduros.

La plaza donde está la pescadera de pelo cano y el carnicero fuerte, está cerrada. No hay ni bicicletas de paseo ni patinetes eléctricos bloqueados al borde de la calle. No hay coches que tienen que poner primera para subir esta calle. La calle está cerrada. No pasa nadie ni nadie va a ningún sitio. No hay gorriones ni petirrojos que coman las palomitas del paseo.

La ciudad está cerrada. En la radio anuncian que ya se ha acabado todo. Botellas transparentes en remolinos pasan por la calle. Quedan gorros de cotillones, serpentinas y cornetas. El año ha muerto y la calle está cerrada. Parece que ha caído una bomba H. Sólo las nubes hacen su trabajo y precipitan agua. Una vez más hemos hecho lo mismo. Como Sísifo. Para nosotros el mundo se acaba y tenemos que hacer una fiesta descomunal el fin de año. Y nos levantamos en Enero poniendo una canción en bucle sampleada por 50 cent. Con resaca de ginebra y mucho fin del mundo acumulado a nuestras espaldas.