Cartas al director

¿Tenemos los políticos que nos merecemos?

Sinceramente, no. Creo que nos merecemos algo mejor. 

Partiendo de esta premisa, podemos hacer todo tipo de conjeturas pero siempre llegaremos a la misma conclusión. Esto es lo que hay y no hay más cera de la que arde, por decir algo. A los ciudadanos nos queda el consuelo de poder votar a quien queramos, cada cuatro años, un derecho irrenunciable pero muy devaluado, por que, al acercarnos a las urnas lo hacemos con plena conciencia de que cada vez vale menos nuestro voto. Vamos a las urnas como quien va al matadero, razón por la que que cada vez se queda más gente en casa a verlas venir.

El problema real es que los líderes políticos inspiran muy poca confianza incluso a sus propios votantes, lo que se convierte en el peor enemigo de la democracia.

La falta de políticos de talla, como acostumbramos a tener en épocas mucho más convulsas que las de ahora, y que sacaron al país adelante, es el mayor problema que tenemos, un problema de difícil solución. Pero hay que ser optimistas y pensar que vendrán otros tiempos y nuevos líderes que nos devuelvan una confianza que nunca debimos perder.