Tiene su guasa que el Ministerio de Hacienda, responsable de los Presupuestos Generales del Estado, esos presupuestos que no se aprueban nunca, esté presidido por una Ministra, María Jesús Montero, a la que solo le separa una letra de su predecesor en el cargo, Cristóbal Montoro, impulsor de unos presupuestos elaborados en 2018 y que, a día de hoy, siguen vigentes.
Una sola letra, la E o la O, según se mire, separan unos presupuestos elaborados ayer y que distan mucho de ser aprobados, por lo que será más bien entrados en el 2021 cuando el Gobierno haya podido pactar, váyase usted a saber con quién, para sacarlos adelante.
Parece mentira que una letra, una sola letra, signifique tanto.