El 25 de octubre, en el centro para personas con diversidad funcional, CAPD, de Sarria, celebraron el 25 aniversario de la fundación del centro. Fue un día delicioso, y el recinto decorado con mucho gusto, el trato a los familiares exquisito y las actuaciones de los internos entrañables: bien caracterizados salían al escenario con entusiasmo y seriedad.
Ante todo aquello yo pensaba: ¡Cuánto trabajo y esfuerzo ocultos hay detrás de todo esto! ¡Cuántas horas han dedicado a ello las personas que los han preparado!
Digo siempre que los trabajadores y trabajadoras de estos centros deberían estar muy cuidados y mimados. Aunque no tengan la implicación emocional de las familias, y sí una vocación casi sacerdotal, este trabajo exige un esfuerzo superior a cualquier otro. Gracias a todos por vuestro cariño y dedicación.
Ese día estábamos varias familias de Ourense, ya que en Sarria hay varios internos de esta provincia, la única de Galicia que carece de un centro de estas características: centro público y de gestión pública.
Las autoridades municipales nos asombran con ocurrencias tales como hacer un acuario en Ourense o, hasta el momento la más peregrina, un rascacielos de 80 plantas, el más alto de España, a decir del alcalde. De lo que es realmente importante nada se dice.
En el último pleno del Concello, cuando se empezó a hablar del tema del CAPD, el señor alcalde se levantó y se fue del pleno. ¡Sin comentarios!
Parece que, al fin, el edificio se construirá; será público porque se hará con el dinero de los gallegos, pero sobre la gestión no se manifiestan; ¿pública?, ¿privada?, ¿concertada?…
Nosotros sí lo tenemos muy claro, queremos: centro público y de gestión pública.
