Cartas al director

Comulgatorio

“Barandilla de las iglesias ante la que se arrodillan los fieles que comulgan” (Espasa-Calpe) En mi niñez fui monaguillo; todas las iglesias tenían comulgatorio y los fieles recibían la Sagrada Forma de rodillas y en la lengua. Así venía sucediendo en la Iglesia al menos desde el siglo VI. En la actualidad esto ha desaparecido casi por completo. Los fieles (la mayoría), comulgan de pie y en la mano. Por tanto el sentido de lo sagrado ha desaparecido, la Iglesia en muchos lugares parece una ONG y los sacerdotes funcionarios. ¿Cómo ha sido esto posible? Tenemos que retroceder a la década de los sesenta del siglo pasado. 

Tres acontecimientos cambiaron por completo a la sociedad y a la Iglesia: Concilio Vaticano II, la Revolución de Mayo del 68 en la Universidad de la Sorbona, París, y el establecimiento de una nueva Iglesia, la que había no servía, lo espiritual no da de comer al hombre. Este último acontecimiento produjo una crisis gravísima en la Iglesia. Barrieron literalmente con todo signo religioso, eliminaron los comulgatorios y comenzaron a dar la comunión en la mano. Fue una labor de desacralizar que dejó irreconocible a la Iglesia. Por supuesto que hay muchos miembros de la Jerarquía y del clero que son santos y sufren mucho con esta situación. 

Tres papas declararon los motivos de esta situación: Pablo VI: “El humo de Satanás se ha infiltrado en la Iglesia” Benedicto XVI: “No trajeron a nadie a la Iglesia y muchos de los que había se marcharon decepcionados y escandalizados”. Papa Francisco: “En la Iglesia hay muchos vividores, arribistas y trepadores, que viven de la Iglesia y en la Iglesia pero no son Iglesia”.

 Y nos preguntamos: ¿por qué no cambia esta situación? Y yo entiendo que la causa de que todo siga igual o peor, se debe a que aquellos progresistas de los sesenta, muchos de ellos ocupan los cargos más altos y no quieren cambiar. Por tanto podemos calificar la situación actual de la Iglesia y de la sociedad como prueba evidente del fin de esta era.