Cartas al director

Perversión y falta de cultura

Creo que el significado profundo de la perversión y de su acción pervertir escapa, en su acepción más amplia, a una merecida reflexión, tal es su importancia y trascendencia en lo cotidiano de nuestras vidas, de nuestro día a día y de nuestra sociedad, seamos conscientes o no. Cuando acudimos al diccionario, se nos indica que es “perturbar el orden o estado de una cosa” (como sinónimo de corromper, enviciar, malear, echar a perder…), y sabiendo esto, pervertimos cuando damos a algo, un uso diferente a aquel para el que fue destinado y creado.

Es más, si nuestra inserción o función social obedece a un comportamiento perverso, seremos sociópatas, si nuestra amistad es perversa, no será tal, si nuestra educación es perversa, no servirá para hacer sociedades más justas y cohesionadas sino que redundará en un lumpen tan ignorante como emponderado y corrupto, haciendo a nuestra sociedad más inviable y degradada.

Es en este contexto de “perversión” que se entiende el “trendin topic” de nuestra ciudad: no tendremos cultura sino show busines (industria de entretenimiento), y, llegados a este punto (sé que mi cartesianismo me hace ser un poco picajoso) quiero recordar que “cultura” significa, según nuestra RAE : 1. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 

2. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.. Como ustedes ven, en ambas acepciones, con la cultura trabajamos para hacer sociedades más libres y justas (con ciudadanos que tienen conocimientos que les confieren juicio crítico, y que se percibe en nuestro modo de vida en cuanto a costumbres, arte, ciencia e industria). Es decir, con cultura tendremos música (con mayúsculas, no sólo entretenimiento), teatro (no realities), danza, cine, poesía, opera, exposiciones, recitales,… manifestaciones culturales propias o exóticas que redundaran en más producción cultural haciendo a las sociedades, en su conjunto, más prosperas (¿recuerdan lo que nos decía la ministra de educación y cultura de Finlandia, cuando afirmaba que las sociedades más cultas eran menos corruptas?), las sociedades que consumen más cultura progresan y se desarrollan, son enemigas del desarrollismo y del caos, son más cohesionadas y libres, menos clientelares y cautivas.

¡Por favor! ¿Pero vamos a aceptar la perversión de esta pretendida gestión cultural de un servidor público? ¿ Confundiendo Cultura con Entretenimiento? En esta perversión llegaremos de nuevo a Orwell cuando nos mostraba en el paroxismo de lo perverso a un “Ministerio del amor” que se encargaba de los castigos y la tortura o, como ejemplo tragicómico por demasiado veraz, reflejando el esperpento de nuestra política local, lo que nos cantaban Les Luthiers en la imaginaria república de Feudalia, con cargos ministeriales inversos a la importancia social, nombrando como ministro de Cultura, al cabo 1º Anastasio López. ¡Por favor, qué náusea!