Reconozco mi naturaleza curiosa. Aunque sé que “mató al gato”, como señaló Einstein, también la considero más importante que el propio conocimiento. Por eso, cada día me planteo qué secretos podría albergar el móvil del presidente Sánchez.
Se me ocurren innumerables posibilidades. Por ejemplo, que contenga varios mensajes intercambiados con Ábalos. El último de ellos sería: “Deja las maletas en mi casa. Y recuerda, sé fuerte, José Luis. Ah, y saludos a Koldo ‘el mudo’, ya me entiendes”. Aunque también puedo imaginar que, en su esencia, el contenido sea tan mundano como el de un adolescente, con una colección de juegos como “Hundir la Flota” para pasar el tiempo con Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, o partidas diarias de “Risk” con Puigdemont y Otegi. ¿Qué te parece si nos das Cataluña y Euskadi y no te damos nada? “Bueno, vale. Me habéis convencido”.
Dentro de su agenda telefónica estaría el número del psicólogo para tratamientos por acoso escolar que le recomendó Bolaños y también el del terapeuta antiestrés de Óscar Puente. De contacto principal, no tendría a Begoña Gómez, sino a un tal aaaaaamohamed. Eso sí, debajo del de la presentadora de RTVE de los Goya, que para eso es un icono.
En cuanto a su galería multimedia, podríamos encontrar unos 1.200 selfies, además de una carpeta titulada: “Los muertos y yo. Cuelgamuros 2024”. En cuanto a videos, tendría 3.203 sobre sí mismo y 4 sobre su viaje a República Dominicana. El resto de archivos serían carpetas vacías sobre “Paro juvenil”, “Evolución de la agricultura en España”, “La vivienda en nuestro país”, “Programa de gobierno”, “El problema del agua” o “Presupuestos generales”, y cosas así, sin importancia. Las únicas que parecen estar llenas, parece que son las tituladas “Impuestos 2024” o “Cómo levantar un muro en dos pasos”.
Sería mejor que nos dijeran qué contenía, porque si no vamos a seguir imaginando. Y no será nada bueno.
