Cartas al director

Gobierno Woke

El hijo adolescente de una amiga la ha sorprendido confesándole que es de género fluido. Al parecer, una conocida aplicación de citas incluye esta opción entre otros 29 géneros, además de los que, parecen, aburridos y desgastados “hombre” y “mujer”. Es tamaña la estupidez que no llega con inventarse treinta, sino que una de las opciones disponibles es “otro”. No sé muy bien qué significará, pero no me imagino a nadie poniéndolo en su currículum. Lo que sí, seguro, es que lo va a tener muy difícil para ligar.

Que Occidente está en decadencia lo sabe no solo la aplicación de citas sino también Putin y por eso se aprovechan de nuestras debilidades. Mientras Israel se defiende una y otra vez de los islamistas radicales, aquí nos debatimos en un mar de dudas por si marcamos género “cuestionado” o género “variante” para flirtear, al tiempo que le pedimos a Ucrania que no ataque las bases de petróleo rusas porque pueden hacer subir el precio del crudo. Sin embargo, lo verdaderamente preocupante no es eso, sino una sociedad dirigida por una serie de individuos con trastornos de identidad. Esto es en lo que se ha convertido el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios, es decir, un Gobierno woke que legisla sobre asuntos que no son realidades sociales, sino más bien modas ideológicas. 

Por esa razón se sienten incómodos cuando uno actúa de la forma que se espera. Y la incomodidad da paso a la indignación. Si la oposición actúa como tal, entonces es que provocan polarización. Si los agricultores protestan, son todos de extrema derecha. Si los jueces legislan, es “lawfare”. Si el responsable de la patronal quiere dar más información a los trabajadores, entonces es un radical. Y si Bildu es Bildu, entonces se acuerdan de que ¡anda!, hemos pactado con los herederos de ETA, los que todavía no han condenado la violencia ni la reconocen como banda terrorista. Perdónenme la expresión, pero lo que tiene este Ejecutivo se llama disforia de gobierno. O lo que se conoce tradicionalmente por estupidez. 

Solo me queda una duda, ¿le llamará Sánchez “acontecimiento” al ataque con gas pimienta sufrido por el candidato del PNV?