Cartas al director

La era de los límites

Gobernar es una operación que se realiza con certezas escasas, que exige una delimitación precisa de lo posible, en medio de una autoridad contestada y con recursos escasos. 

Si hubiera que sintetizar en una expresión el carácter general de esta época, y requiere ser comprendido para actuar en ella, podríamos afirmar que entramos en un periodo caracterizado por la complejidad,   presencia creciente de más límites para la acción de gobierno de lo que estábamos acostumbrados, algo que nos obliga a reinventar la política y la función de gobierno. Los actores políticos tradicionales siguen actuando de forma tradicional,  pero hay nuevos actores que tienen otro comportamiento no previsto. Los que fueron jóvenes ya no lo son.

Nos va a costar un tiempo enfrentarnos a esta nueva situación, comunicarla y gestionarla. Teníamos una concepción ambiciosa de la política. Queríamos transformarlo todo. Se han movilizado grandes masas para grandes causas. Hemos reconocido errores. Pero en general se ha sobrevalorado la capacidad de intervención de la realidad social, a la vez que hemos subestimado los límites y las condiciones. No solo hay blanco y negro, sino también el  gris que se difumina en diversos matices. El gris es resistente a las inclemencias del tiempo político. Se hace necesario comprender la creación de la complicidad de todas las victimas del proceso de normalización de la memoria y de la democracia.

Gran parte de la desafección política está relacionada con el contraste entre lo que se quiere y lo que se puede. Cuando comprobamos la cantidad de fracasos de los gobiernos, solemos cometer el error de pensar que es debido a su incompetencia -y solo a ella- sin advertir al mismo tiempo que se debe en buena parte a ciertas expectativas en relación con la política que ésta ya no puede satisfacer. En el núcleo de nuestra insatisfacción está el contraste entre una política que es cada vez más incapaz y al mismo tiempo está más sobrecargada que nunca. Uno de los mayores problemas de la política actual es que las capacidades de control de los estados se ha reducido enormemente, mientras se mantenían e incluso se incrementaban las expectativas que se les dirigían.

Hay límites de saber cognoscitivos, límites de autoridad y límites de recursos económicos. Es decir limitaciones que se refieren al conocimiento como recurso de  gobierno, limitaciones relacionados con el poder y limitaciones que proceden de dicha escasez. Limitaciones que se han hecho especialmente agudas  con la época de la austeridad. Gobernar sin conciencia de las limitaciones es una ilusión que suelen pagar los ciudadanos.

Gran parte de las limitaciones que sufre actualmente la Sociedad y el Estado proviene de los medios de comunicación de masas. Recientemente una periodista sostenía que no estábamos informados sino entretenidos.