Cartas al director

La necesaria mesura en política

n  n  n En el desarrollo de los diversos movimientos sociales, la “templanza” en la elaboración y presentación de propuestas no suele ser una virtud que se tenga muy presente. La moderación, el centrarse en los problemas reales, es lo que da al final consistencia a las soluciones ofrecidas. Sin embargo se suele recurrir a posiciones extremas, a sabiendas de que los “otros” interesados en la negociación del proyecto no estarán muy dispuestos a aceptarlas. La mesura en política es necesario enmarcarla en un enfoque de que lo que se negocia es, al menos parcialmente, relativo. En política solo el sistema democrático es innegociable.

En la Transición estaba claro el objetivo: superar la dictadura, todo lo demás era accesorio. Ahora las cosas han cambiado. Problemas no resueltos o resueltos en falso siguen apareciendo de forma amenazante. Ahora hemos de profundizar en los valores de la democracia como sistema de representación y como forma de gobierno para garantizar la convivencia y el progreso solidario y sostenible.. 

Recuperar el sentido de la realidad plural y cambiante es una de las primeras condiciones para llevar a cabo una negociación que satisfaga la mayoría de las pretensiones. Con frecuencia nuestros negociadores cometen el error de creerse en la Transición, y si entonces fue necesaria “finezza” ahora se hace indispensable con mayor exigencia todavía la “mesura”. Los enemigos de los valores constitucionales proliferan sin descanso y es necesario desenmascararlos con firmeza. Quizá el no ser suficientemente fuertes con los enemigos de los valores constitucionales haya hecho revivir posiciones que habíamos creído enterradas.

A pesar de que no faltan quienes comienzan el proceso desde máximos y su objetivo consiste fundamentalmente en “torcer el brazo del otro”, dicha técnica suele dar mal resultado. De momento puede parecer resuelto el problema, pero más tarde reaparecen cuando no han sido resueltos de común acuerdo y con mesura.